Además de la crisis sanitaria y económica que generó el Coronavirus en Latinoamérica, algo que también trajo la pandemia como consecuencia fue que muchos chicos, sobre todo aquellos que se encontraban en una situación vulnerable, dejaran sus estudios primarios y secundarios.
Se prevé en la región que el déficit de aprendizaje de la educación primaria aumentará más del 20% luego del Coronavirus y, además, se teme que más de dos de cada tres estudiantes de secundaria caigan por debajo de los niveles mínimos de rendimiento esperados.
Estas proyecciones provienen de un informe del Banco Mundial, que también estima que las pérdidas de aprendizaje serán sustancialmente mayores para los estudiantes en situaciones económicas más adversas.
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Escolaridad en Argentina
Un estudio del Observatorio Argentinos por la Educación arrojó que de cada cien alumnos que comienzan el colegio en primer grado, sólo 53 llegan en tiempo que corresponde al último año de la secundaria.
Desde ese lugar es que, Ariel Gringaus, especialista en tecnología y educación de Argentina, entiende que hay que aportar soluciones para fortalecer la educación de todos los niños. Y una manera que recomienda para hacerlo es contando con diagnósticos que permitan conocer el estado actual de cada estudiante e implementar estrategias para mantener la continuidad escolar y evitar a tiempo situaciones como la deserción.
En ese sentido, añade que “con ese fin es que desde el sector de Tecnología Educativa desarrollamos herramientas que utilizan inteligencia artificial para diagnosticar las habilidades lectoescritoras y matemáticas de niños y niñas. Han sido pensadas especialmente para poder adaptarse al nivel de conocimiento de cada estudiante y lograr resultados más precisos de forma inmediata. Además, pueden entregar sugerencias pedagógicas según el nivel”.
Big Data
Gringaus dice que hay plataformas en Latinoamérica que integran y sincronizan la información generada por cada establecimiento educativo, gracias a la utilización de la tecnología Big Data. Según el experto, esta solución permite cosas como revisar los resultados históricos y actuales de las instituciones educativas, cruzándolos con los datos públicos del país. “Los datos están entonces disponibles para detectar patrones y predecir tendencias en pos de nivelar los procesos de aprendizaje, para que ningún estudiante se quede atrás en sus estudios”, cierra.
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