La actualidad de la ciberseguridad en Argentina es algo que preocupa a los especialistas en ciberseguridad. Y es que, según el ranking de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el país hoy se ubica en el puesto 95 de 175 en ese aspecto, siendo algo que se debe mejorar urgentemente.
Además, la Argentina, de acuerdo al Panorama de Amenazas en América Latina 21, ocupa el tercer lugar de la región (solo por detrás de Costa Rica y Venezuela) en cuanto al crecimiento de los ciberataques de escritorio remoto (RDP). Y esto se explica, en parte, a partir de la creciente adopción de herramientas digitales, tanto de gobiernos, instituciones privadas y usuarios finales en el último tiempo.
Ciberseguridad en Argentina: situación actual, delitos más comunes y leyes
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Desafíos y soluciones en seguridad digital: Perspectiva argentina
Hay estudios que proyectan que, pese a ser un trabajo muy demandado y necesario para los tiempos que corren, ya que cualquier empresa necesita proteger y cuidar sus datos, al terminar este año llegará a los 1.8 millones la falta de profesionales en ciberseguridad en el mundo.
Existen ciertas prácticas que los expertos en ciberseguridad recomiendan para minimizar los riesgos de sufrir un ataque o reducir el impacto del mismo. Por ejemplo, ser precavidos a la hora de administrar nuestros datos bancarios y contraseñas.
Estrategias efectivas para proteger tus datos en el ciberespacio argentino
Sobre este punto, estos recomiendan que, preferentemente, si queremos ingresar a sitios de inversiones o bancarios, lo hagamos desde nuestra computadora personal. De todos modos, remarcan que incluso así no estamos exentos a sufrir un ataque, pero las probabilidades serán menores.
Con tokens y dispositivos externos (como llaves de seguridad), contraseñas y controles biométricos (desbloqueo con huella dactilar, escaneo facial o de iris). Sobre este punto, estos especialistas sudamericanos consultados por Innovación Digital 360 entienden que así mejorará notoriamente la protección de los datos.
Dicen que es preferible utilizar tarjetas digitales con límites de gastos y dejar las tarjetas físicas en el hogar.
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