El aspecto impositivo en Argentina es un tema de discusión frecuente entre los distintos gobiernos y las empresas del sector privado.
De hecho, recientes estudios señalan que los tributos que recaen sobre bienes o servicios aportan el 60,5% de la recaudación del Estado argentino (17,6% del PBI), cuando en América Latina la proporción es del 51,6% (11,9% del PBI) y en los países con ingresos similares a los de Argentina apenas del 46,3% (11,1% del PBI).
Además, teniendo en cuenta que más de la mitad de la economía del país está en negro y, por ende, no paga impuestos, la presión efectiva sobre los que sí pagan termina siendo considerablemente más alta.
Por eso, en el marco del Internet Day se desarrolló el panel “Presión impositiva sobre la industria”, donde los expertos Marcelo Garriga, profesor titular de “Economía del Sector Público” de la facultad de Ciencias Económicas de la UNLP y Facundo Fernández, miembro del Consejo Directivo de CABASE, brindaron detalles sobre cómo los impuestos afectan a este sector de la economía con gran potencial de crecimiento.
¿Cuál es la presión impositiva sobre la industria del internet?
Facundo Fernández detalló que ya hubo intensas charlas con distintos organismos sobre la presión impositiva. Teniendo en cuenta que hay tres niveles de gobierno, consideró que era importante la colaboración de CABASE con las autoridades para detectar los problemas y necesidades del sector.
“En base a eso armamos un grupo de trabajo de diez personas aproximadamente. En enero tuvimos una charla con la Universidad de la Plata, ya que queríamos la participación de una universidad nacional”, señaló.
A través de un estudio en conjunto entre CABASE y el Centro de Estudios en Finanzas Públicas de la Universidad Nacional de La Plata, se profundizó sobre la cuestión fiscal y el impacto en la sostenibilidad del sector.
Este no solo se centró en información de acceso público, sino también incluyó datos que brindaron empresas de forma interna.
Marcelo Garriga, enfatizó que, de acuerdo a la investigación realizada, el 41,5% del dinero que recauda una empresa se lo lleva el estado, convirtiendo a este último en un actor “relevante”, algo así como un socio forzoso.
En esta línea, la investigación se centró en los impuestos implícitos dentro de la estructura de una organización. Es decir, implicaba no solo calcular el final de un producto, sino el impuesto de todas sus etapas. En una empresa hay una estructura de costos en el cual hay personal, infraestructura, gastos en bienes y servicios, entre otros, sobre los cuales recaen distintos tributos.
“Para el estudio se investigó a cuatro municipios y CABA, sumado a empresas de distintas escalas, diferentes modelos de provisión, precios finales distintos y distintas estructuras de costos”, enfatizó.
Dentro de los impuestos, el especialista distinguió los nacionales, como IVA, Ganancias, Derechos de Importación; los provinciales como Ingresos Brutos y el Impuesto inmobiliaria; municipales como el ABL y el derecho por ocupación del espacio público.
En cuanto al total de los tributos, el especialista señala cuál es el impacto de estos según el ámbito:
- Nacionales: 34,1%
- Provinciales: 5%
- Municipales: 2,4%
El experto argumentó que, si bien las participaciones provinciales y, sobre todo las municipales, parecen “poco” significativas, en cantidad es un montón y muchas veces termina siendo el margen que determina si un negocio es rentable o no. “Hoy Argentina tiene una presión impositiva cercana a los países desarrollados. Sin embargo, es importante señalar que es un promedio. Es decir, se toma todo lo que se abonó de impuestos, se divide por el PBI y da la presión tributaria”, advirtió.
“Sin embargo, dentro de ese calculo se encuentran aquellos actores que pagan todo y los que no pagan nada. En este sentido, se debe tener en cuenta la informalidad de la economía. En los países desarrollados, la informalidad ronda el 10% contra el 45% de Argentina, por lo que la presión efectiva sobre quienes pagan termina siendo sumamente alta”, añadió.
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