El liderazgo empresarial es la base del talento de la empresa: es el líder quien se asegura de que los recursos internos trabajen de manera armoniosa para alcanzar los objetivos. ¿Sencillo? No, porque la capacidad de liderazgo es un conjunto de cualidades y características que deben adaptarse a las necesidades de la empresa individual y a los cambios de los tiempos. Los escenarios económico, social, cultural y, hoy en día, incluso sanitario, requieren que el liderazgo empresarial sea flexible y resiliente para seguir siendo efectivo. Veamos cómo está configurado y por qué se centra cada vez más en las personas, en el entorno laboral y en los conceptos de humanidad y amabilidad.
¿Qué es el liderazgo empresarial?
El psicólogo estadounidense Daniel Goleman define el liderazgo como la capacidad de motivar e inspirar a las personas a dar lo mejor de sí mismas. El líder sabe cómo estimular y cultivar la pasión por una determinada actividad para que dé lo mejor de sí y obtenga el mejor resultado para la empresa y para la gratificación personal.
El liderazgo empresarial va más allá de la simple gestión de las operaciones diarias. Su esencia es la capacidad de articular una visión convincente que inspire la acción colectiva.
Más específicamente, motiva a las personas y los equipos a trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes y compartidos. Los líderes de una empresa saben cómo establecer objetivos y guiarse a sí mismos y a los demás para alcanzarlos. Este tipo de liderazgo abarca la capacidad de tomar decisiones eficaces, comunicarse con claridad y motivar a los demás para que contribuyan al éxito de la empresa. Por lo tanto, está claro que es mucho más que una simple posición de autoridad; es un conjunto de cualidades, acciones y visiones que inspiran y guían a los miembros de una organización hacia objetivos comunes.
Goleman señala que el liderazgo es, ante todo, autoconciencia. “Los grandes líderes lo son porque, en primer lugar, saben cómo guiarse a sí mismos”, dijo en una entrevista con Forbes.
Las características de un líder
Es evidente que la imagen del líder y héroe omnipotente, que desde lo alto de su torre de marfil con un solo gesto decide el destino de toda la empresa y sus empleados, guiado por la fama del poder, la gloria y el dinero, ya no es adecuada para el contexto actual en el que, por el contrario, la figura de un mentor o entrenador se parece mucho más a un guía con el que es posible enfrentarse, relacionarse y recibir feedback y gratificación.
El líder de hoy no debe encontrar respuestas y soluciones a los problemas que surgen en el trabajo por sí solo, sino que debe hacer que sus equipos participen en la situación, colocarse en una posición de escucha y apertura a los puntos de vista que puedan surgir “desde abajo” y contenerlos, apuntando al bien de toda la organización y de quienes la frecuentan.
La autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de las relaciones son las características del líder autoconsciente indicadas por Goleman.
De manera más general, podríamos mencionar el carisma, la competencia, la credibilidad, la empatía y la compasión, la capacidad de decidir con rapidez, saber comunicarse e implicarse como características fundamentales en el liderazgo empresarial.
Otras cualidades de un líder son la agilidad y la resiliencia: en un contexto en constante cambio y evolución como el actual (digitalización, competencia global, pandemia, limitaciones de la cadena de suministro, tensiones geopolíticas…), el líder debe saber cómo adaptarse a las circunstancias, dar rienda suelta a un número cada vez mayor de cualidades personales (habilidades blandas) y adoptar diferentes estilos de liderazgo. Por eso, el aprendizaje continuo es la clave del éxito de un líder activo en un mundo en constante cambio.
Tipos de liderazgo empresarial, desde Goleman hasta la gestión de crisis
Goleman ha identificado 6 estilos de liderazgo empresarial diferentes, cada uno de los cuales responde a necesidades empresariales particulares. Lo ideal es que el líder pueda adoptar más de uno, en función de los contextos en los que trabaja, los momentos y los objetivos a alcanzar: visionario, basado en la capacidad de visión e inculcar pasión a todo el equipo; democrático, basado en la participación del equipo en las decisiones; entrenador, el líder que sabe cómo sacar lo mejor de cada talento; armonizador, un verdadero pegamento para los equipos; exigente, centrado solo en los objetivos, no empático; autoritario, impone metas independientemente de la participación emocional. Sobra decir que las dos últimas tienen contraindicaciones diferentes y responden a las necesidades de los momentos de crisis o emergencia.
Hoy en día, estos estilos se ven superados en parte por la evolución del contexto macroeconómico. En el período posterior a la pandemia, se requieren nuevas cualidades por parte del líder. Una de ellas es lo que Gianpiero Petriglieri, profesor de comportamiento organizacional y experto en liderazgo y aprendizaje en el lugar de trabajo, ha definido como “contención“, término tomado del mundo de la psicología. El abrazo constituye un apoyo como función materna primaria necesaria para el desarrollo psicológico del niño, pero también indica que se trata de un “contenedor” de las ansiedades ajenas. Y eso es lo que los líderes deben ser hoy en día.
“A menudo se dice que una visión sólida es lo que define a un buen líder. Sin embargo, en una crisis, las personas no necesitan una visión que las inspire, sino que ya tienen que actuar. Por el contrario, necesitan lo que los psicólogos llaman “sostén”: líderes que reconozcan sus emociones y las pongan en contexto para hacerlas realidad“, escribe Petriglieri. Holding describe la forma en que el otro, a menudo una figura autoritaria, contiene e interpreta lo que ocurre en momentos de dificultad e incertidumbre.
“El abrazo permite a las personas canalizar su deseo de actuar en acciones que tienen una utilidad práctica y les permite ser plenamente ellas mismas (incluso estar más sanas mentalmente). Las personas nunca olvidan cómo las trataron los gerentes cuando se enfrentaron a una pérdida. Son los líderes que actúan como “contenedores” durante una crisis los que mantienen a sus organizaciones a flote y a quienes recurrirán las organizaciones cuando llegue el momento de desarrollar una visión para el futuro”, afirma Petriglieri.
Estrategias efectivas para un liderazgo empresarial exitoso
A medida que los desafíos se multiplican y las expectativas crecen, los líderes están llamados a ser resilientes, a actuar con determinación y con una visión siempre clara. Estos son cinco pilares fundamentales sobre los que construir un liderazgo empresarial que sepa cómo combinar el desarrollo organizacional y el bienestar de los empleados.
- Desarrolle una cultura corporativa positiva: la cultura corporativa es el terreno fértil en el que pueden surgir ideas innovadoras y estrategias ganadoras. Y los líderes deben promoverlas reconociendo los éxitos de las personas, promoviendo la diversidad y la inclusión y estableciendo un entorno de trabajo basado en la confianza mutua.
- Centrarse en la formación continua: el mundo cambia constantemente y mantenerse al día requiere un compromiso constante con el aprendizaje y el desarrollo personal y profesional. Invertir en formación y desarrollo significa dotarse a usted y a su equipo de las herramientas necesarias para afrontar los desafíos del futuro.
- Adoptar nuevas tecnologías: desde la inteligencia artificial hasta la IA generativa y los macrodatos, las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades para optimizar las operaciones, mejorar la experiencia de los empleados y acelerar el crecimiento. No se trata simplemente de adquirir herramientas o plataformas digitales o de implementar nuevas tecnologías, sino de iniciar una profunda transformación cultural que abarque una forma de pensar y operar orientada a lo digital.
- Promover el bienestar de los empleados: las personas, de todas las edades y edades, son el corazón palpitante de la organización. Apoyar y cuidar su bienestar significa no solo proporcionar un entorno de trabajo seguro, sino también escuchar sus comentarios y actuar en consecuencia, ofrecer oportunidades de crecimiento y garantizar un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.
- Ser ejemplos de resiliencia: ¿Qué significa encarnar la resiliencia? Afrontar los fracasos y los desafíos con determinación, manteniendo una perspectiva positiva; es una actitud que inspira al equipo a hacer lo mismo. La capacidad de concentrarse en los objetivos a largo plazo y, al mismo tiempo, adaptarse dinámicamente a las circunstancias es una cualidad que distingue a los verdaderos líderes.
Nuevos ejemplos de liderazgo: humanidad y amabilidad
Hay otro ejemplo de liderazgo que está surgiendo hoy en día: uno basado en los valores de la humanidad y la amabilidad. Simon Sinek, ensayista, motivador y consultor de marketing, ha hablado, en cambio, de liderazgo “humano” en libros como “Start with Why” y “Leaders Eat Last”. Un pasaje para todos (tomado de este último volumen) ilustra claramente los conceptos del “por qué” como pregunta central y del líder empresarial como “el que cuida a las personas”.
“Cuando nuestros líderes nos dan algo noble de lo que formar parte, nos ofrecen un objetivo convincente o una razón por la que debemos venir a trabajar y algo que permanece incluso después de nosotros, parece que tenemos el poder de hacer lo correcto cuando llegue el momento, aunque al principio nos costará sacrificios. Y cuando un líder asume su responsabilidad de cuidar a las personas en lugar de preocuparse solo por los números, las personas lo seguirán, resolverán los problemas y se asegurarán de que la visión del líder se haga realidad de la manera correcta y duradera, no de una manera cómoda y superficial”.
Las 5 cosas que debe hacer un líder
Hubert Joly, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y expresidente y director ejecutivo de la multinacional de electrónica de consumo Best Buy, en un artículo de la Harvard Business Review titulado “5 principios del liderazgo con propósito“, ilustró la filosofía implementada en Best Buy como punto de partida para un proceso de cambio y renacimiento del que surge una nueva imagen del líder, que debe tener en cuenta una serie de cosas.
- Sea claro acerca de su propósito
En primer lugar, es importante tener objetivos claros, no solo los propios, sino también los de los empleados y colaboradores y, sobre todo, encontrar la manera de que todos estos propósitos puedan conectarse entre sí y contribuir al éxito empresarial. Esto se debe a que para acertar con el objetivo empresarial, deben ser los propios directivos quienes tengan claro, en primer lugar, qué es lo que los guía a ellos y a las personas que los rodean. El fenómeno de la gran resignación, o el alarmante éxodo de personas del lugar de trabajo, que se ha ido extendiendo cada vez más recientemente, es una señal clara de que la importancia de identificar, tener en cuenta y entrelazar los objetivos individuales con los de la comunidad representa, no solo una prioridad para los trabajadores, sino también el centro de los negocios de toda organización, independientemente del área en la que opere.
- Sea claro acerca de su función
La función clave de un líder hoy en día es generar energía e impulso, especialmente cuando las circunstancias parecen ponerse adversas. Se trata de ayudar a los demás a descubrir y desarrollar su potencial, transmitiéndoles vigor, inspiración y esperanza en un entorno que permita a cada persona prosperar cada día. Si bien determinadas situaciones y circunstancias no se pueden prever, por otro lado, siempre es posible encontrar nuevas formas de afrontarlas, dotándonos de una mentalidad abierta y flexible y creando una cultura de “libertad con responsabilidad” que valore a las personas y las impulse hacia la eficiencia y el crecimiento.
- Sea claro acerca de a quién sirve
Un elemento clave para un liderazgo decidido es recordar servir a las personas que te rodean, entendiendo en primer lugar qué es lo que necesitan para dar lo mejor de sí mismas y poder apoyarlas. Como declaró el ex director ejecutivo: “En Best Buy, no había lugar para personas cuyo objetivo principal fuera promover sus intereses. Algunos directivos piensan que tener los codos afilados y escuchar su ego les ayudará en sus carreras, pero los mejores líderes no ascienden a la cima sobre los hombros de los demás, sino que llegan a la cima con los demás“.
- Déjese llevar por los valores
Guiarse por valores significa hacer las cosas bien y portarse bien, no solo saber o decir lo que puede parecer correcto y ético a los ojos de la sociedad. El papel de un líder es vivir de acuerdo con estos valores, promoverlos de forma explícita y garantizar que formen parte del tejido empresarial. Por supuesto, no siempre es fácil hacer lo correcto, especialmente en tiempos de crisis, cuando el agotamiento está a la vuelta de la esquina y el estrés y la presión pueden hacer que las convicciones se debiliten y se pierda el equilibrio por un momento. Pero una buena solución puede ser rodearse de personas de confianza, que compartan los mismos valores, los mismos principios, que se preocupen por el bien de la empresa y que crean firmemente en lo que hacen.
- Sé auténtico
“Sé tú mismo, tu verdadero yo, todo tú mismo, la mejor versión de ti mismo. Sé vulnerable. Sé auténtico. Ser vulnerable y auténtico no significa echarle todo a los compañeros de trabajo, sino más bien compartir emociones y desafíos“, escribió Joly en la carta a los empleados cuando dejó la dirección de Best Buy.