Hay expertos que consideran que así como la Inteligencia Artificial es la gran oportunidad para hacer más competitivas a las empresas, la ciberseguridad y la privacidad son el mayor riesgo y el mayor problema que se tendrá en la próxima década.
Y una de las razones está a la vista: luego de que el coronavirus acechara al mundo, casi toda la gente no tuvo otra opción que trabajar desde su casa. Por lo tanto, la superficie de ataque se amplió.
Si bien hoy, en el comienzo de 2023, la pandemia parece haber quedado atrás, lo cierto es que hubo muchos cambios vinculados a la modalidad de la forma de trabajo que llegaron para quedarse. El teletrabajo fue adoptado por muchas compañías, así como también los modelos híbridos (mitad presencial y mitad a distancia).
En una entrevista con Forbes Argentina, Rodrigo Kede Lima, ejecutivo de una importante empresa de Latinoamérica, indica que “el tema más grave es que no es un problema de seguridad solo en la estación de seguridad o un data center. Todo está conectado. Entonces, se puede hackear un auto o un gasoducto”.
Desde ese lugar, señala que las organizaciones están haciendo cada vez más inversiones para protegerse: “Es un problema serio”, dice y añade: “La próxima pandemia será un ciberataque, en el sentido de que, si se paran las telecomunicaciones, es un lockdown”.
¿Se toma realmente dimensión?
Kede Lima dice que en las diferentes industrias ya existe un entendimiento de la gravedad del asunto. Y es por eso que están incrementándose considerablemente las inversiones en ciberseguridad, tanto en el mundo como en la región latinoamericana. “La pregunta no es si vas a ser hackeado, sino cuándo”.
Esta realidad él la observa como una posibilidad para que los países emergentes aprovechen para invertir dinero y tiempo en educar a su gente sobre los riesgos de internet y cambiar el perfil de los talentos.
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