En un momento en el que la ciberseguridad es una prioridad para las empresas, tuvimos el privilegio de dialogar con Oswaldo Palacios, Senior Account Executive para Latinoamérica en Akamai. Con una trayectoria destacada en la industria, nos proporciona una visión valiosa sobre el impacto crítico en la operación diaria de las organizaciones en América Latina y el Caribe, de la falta de profesionales especializados en la temática
En esta entrevista, analiza cómo esta brecha de talento afecta a diversos sectores, incluídos el público, el comercio y la salud. Además, analiza por qué muchos nuevos profesionales en ciberseguridad se incorporan a la profesión a partir de los 39 años y cómo esto influye en la dinámica del sector.
También aborda las medidas que empresas y gobiernos adoptan para enfrentar la escasez de expertos y aporta recomendaciones sobre cómo atraer a jóvenes talentos a esta área.
Entrevista completa:
¿Cómo afecta, según la visión de Akamai, la falta de profesionales en ciberseguridad a la operación diaria de las empresas en América Latina y el Caribe?
La capacidad de las organizaciones para defenderse de un ciberataque está estrechamente ligada a la calidad del departamento de informática. Contar con profesionales capacitados marca una gran diferencia en ciberseguridad. La primera línea de defensa es el conocimiento. Si no sabemos a qué nos enfrentamos, nunca sabremos cómo protegernos. Para muchas compañías, es crítico, e incluso vital, tener sus sistemas informáticos funcionando al 100%, ya que son esenciales para su operación, desarrollo y competitividad.
¿Cuáles son las principales consecuencias de la brecha de 1,3 millones de profesionales en ciberseguridad para los sectores público, telecomunicaciones, medios de comunicación, comercio y salud?
Sin duda, esta brecha genera una mayor superficie de ataque, ofreciendo más oportunidades para los ciberdelincuentes, quienes, con campo abierto, pueden extraer información confidencial, venderla y dañar la reputación de empresas. Un ejemplo reciente es la empresa mexicana Coppel, que sufrió un ataque cibernético (información de dominio público) y no pudo realizar cobros en sus sucursales, resultando en pérdidas millonarias.
¿Por qué crees que los nuevos participantes en el campo de la ciberseguridad tienden a incorporarse a la profesión a los 39 años o más, y cómo impacta esto en la dinámica del sector?
Esto se debe a que muchas personas de otras áreas se incorporan a la informática y, posteriormente, a la ciberseguridad como especialidad. La curva de aprendizaje es significativa para adquirir la capacidad de desempeñar bien el trabajo. Afortunadamente, este fenómeno está en descenso. Actualmente, ya existen carreras de Ingeniería en Ciberseguridad, y las universidades en Latinoamérica están desarrollando planes de estudio actualizados en esta área. Esperamos que cada vez más instituciones se sumen a esta importante causa.
¿Qué medidas están tomando las empresas y gobiernos en América Latina para reducir la escasez de profesionales en ciberseguridad y cerrar la brecha existente?
Una forma de enfrentar la falta de profesionales es la contratación de servicios especializados o asesorías de fabricantes de ciberseguridad y de los canales de distribución o partners integradores. Sin esta cadena de suministro, sería imposible cubrir todas las plazas o necesidades en los diferentes países de Latinoamérica.
¿Qué estrategias recomiendan desde Akamai para atraer a jóvenes talentos a la profesión de ciberseguridad y asegurar una fuerza laboral más equilibrada en términos de edad y experiencia?
La remuneración económica es un factor clave. Con la creciente importancia de los sistemas informáticos, contar con personal capacitado es esencial y, por ende, costoso. Ofrecer una compensación económica competitiva es fundamental para atraer a los jóvenes a esta profesión. Las empresas pueden implementar estrategias como ofrecer seguros de gastos médicos mayores, compensaciones superiores a las establecidas por ley, y planes de vida y carrera, entre otros, para atraer y retener talento.