Internet Day 2025

La regulación de la economía digital y tensiones del nuevo reparto del negocio



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Expertos del sector tecnológico y del análisis del consumidor debatieron en el Internet Day 2025 sobre los desafíos actuales de la regulación de la economía digital, las tensiones por la distribución del negocio y el papel decisivo de las regulaciones en un mercado cada vez más interconectado.

Publicado el 15 de may de 2025

Tomás Modini

Staff Innovación Digital 360



La charla del Internet Day se basó en temas referidos a la regulación de la economía digital
Foto: Internet Day

Este jueves, en el auditorio principal del Internet Day 2025, se llevó a cabo una de las charlas más esperadas del evento: “Economía digital. ¿Cómo se reparte el negocio en un entorno cada vez más digitalizado? ¿Cómo impactan las regulaciones?”.

Con la moderación de Jorge de Lucio, representante de la Comisión de Legales de CABASE, la mesa reunió a tres voces fundamentales para entender el presente y el futuro del ecosistema digital: Mariela Mociulsky (CEO y fundadora de Trendsity), Carolina Limbatto (jefa para las Américas de Cullen International) e Ignacio Perrone (Research Director de ICT en Frost & Sullivan).

La conversación se centró en el impacto de la regulación de la economía digital, la evolución de este mercado y las disputas por el valor generado en plataformas, redes y servicios digitales.

La tensión entre innovación y regulación de la economía digital

“El desarrollo de tecnologías disruptivas se acelera, pero no ocurre lo mismo con los marcos regulatorios”, señaló Ignacio Perrone al abrir su exposición. El ejecutivo de Frost & Sullivan enfatizó que América Latina se encuentra en un punto de inflexión, donde los estados buscan intervenir de manera más activa en la economía digital, aunque muchas veces sin los conocimientos técnicos necesarios ni una visión integral del ecosistema.

Según Perrone, esto genera un desfase entre la evolución tecnológica y los esquemas normativos, lo cual puede tener consecuencias negativas en la innovación. “Una mala regulación no solo frena inversiones, también puede limitar el acceso a servicios”, afirmó.

Por su parte, Carolina Limbatto destacó que los países de la región atraviesan procesos similares, en los que se discute cómo redistribuir el valor generado por las plataformas globales, sin afectar los incentivos al desarrollo. “Hay un intento de recuperar soberanía digital, pero eso debe hacerse con reglas claras y con mirada regional”, indicó. Desde Cullen International, la experta sigue de cerca los debates regulatorios en países como Brasil, México, Colombia y Argentina.

En todos los casos, apuntó, existe una tensión entre la lógica de mercado, que está basada en escalabilidad y concentración, y las políticas públicas orientadas a preservar la competencia, la diversidad y la sostenibilidad del espacio digital.

El nuevo reparto del negocio digital

Mariela Mociulsky aportó una mirada centrada en las tendencias socioculturales que atraviesan este fenómeno. Desde Trendsity, su consultora especializada en insights del consumidor, sostuvo que “la percepción de los usuarios en relación con la economía digital está cambiando, y eso también reconfigura el negocio”.

Mociulsky remarcó que el consumidor actual es más consciente del uso de sus datos y de la manera en que se monetizan sus interacciones. “Estamos viendo cómo surgen reclamos por transparencia, por equidad, por acceso. Eso obliga a las empresas a repensar sus modelos”, explicó.

También advirtió que la digitalización extrema corre el riesgo de acentuar las desigualdades. En este sentido, subrayó que la regulación no se debe pensar solo como un freno, sino también como un facilitador para una economía más inclusiva y balanceada.

¿Hacia dónde va la regulación de la economía digital?

El debate giró en torno a los distintos modelos regulatorios posibles. Mientras algunos gobiernos apuestan por un marco estricto para gravar o limitar el poder de las grandes plataformas tecnológicas, otros procuran fomentar la autorregulación y la cooperación público-privada.

Carolina Limbatto resaltó que la experiencia europea, especialmente el Reglamento de Servicios Digitales (DSA) y el Reglamento de Mercados Digitales (DMA), está siendo tomada como referencia, aunque con matices. “La Unión Europea está marcando una agenda global, pero su contexto institucional es muy distinto al latinoamericano”, advirtió. En América Latina, en cambio, se tiende a respuestas fragmentadas con normativas que muchas veces se superponen o contradicen.

“Una regulación eficaz de la economía digital debe partir de un diagnóstico realista y de una visión sistémica”, insistió Ignacio Perrone. De acuerdo a su mirada, los estados tienen que coordinar esfuerzos para evitar la dispersión normativa y garantizar previsibilidad para los actores del ecosistema.

A lo largo de la conservación, se hizo especial mención al caso argentino, donde en los últimos años se plantearon diversas iniciativas para regular contenidos o controlar los servicios de telecomunicaciones. Mariela Mociulsky alertó sobre los efectos de la sobrecarga regulatoria y de la fragmentación jurídica. “Cuando una pyme digital tiene que navegar cinco normativas distintas para operar en tres provincias, estamos generando una barrera al desarrollo”, argumentó.

Construir una agenda común

La charla concluyó con un llamado a la cooperación entre sectores. Todos los panelistas coincidieron en que el futuro de la economía digital depende de construir consensos mínimos entre empresas, gobiernos y sociedad civil. “La clave está en generar confianza: que los consumidores confíen en el ecosistema, que los inversores confíen en la estabilidad regulatoria, y que los gobiernos confíen en la capacidad del sector para autorregularse”, resumió Mociulsky.

Limbatto, por su parte, remarcó que no existe un único modelo ideal, pero sí condiciones que toda regulación debe cumplir: proporcionalidad, transparencia, sostenibilidad e inclusión. Y agregó: “No se trata de regular por regular, sino de identificar qué problemas existen y qué herramientas hacen falta para resolverlos”.

Finalmente, Ignacio Perrone enfatizó que la economía digital no es un sector más, sino la base sobre la que se estructuran todos los demás. En consecuencia, el diseño de políticas públicas debe asumir esa centralidad y evitar abordajes parciales.

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