La inteligencia artificial (IA) se puede clasificar de varias maneras, pero una clasificación común distingue entre IA estrecha (ANI), IA general (AGI) y súper inteligencia artificial (ASI). Además, existen diferentes tipos basados en funcionalidades como sistemas reactivos, memoria limitada, teoría de la mente y autoconciencia.
La inteligencia artificial (IA) se convirtió en un tema omnipresente que influye en múltiples aspectos de la vida cotidiana, desde los teléfonos móviles hasta la automatización de empresas. Sin embargo, todavía existe confusión sobre cuántos tipos de IA existen y cómo se clasifican.
Existen múltiples definiciones de IA, pero la mayoría coinciden en que se trata de sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. A partir de esa base, se distinguen distintos tipos de inteligencia artificial según su capacidad, autonomía y aplicación práctica.

Si se define por la propia fuente, según ChatGPT, la inteligencia artificial (IA) es una rama de la informática que se enfoca en la creación de sistemas y programas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Estas tareas incluyen el reconocimiento de voz, la toma de decisiones, la traducción de idiomas, el reconocimiento de imágenes, y el juego de ajedrez, entre otras, muchas de las cuales se basan en qué es el machine learning y sus aplicaciones.. La IA se basa en diversas disciplinas como la informática, las matemáticas, la lógica, la filosofía, la psicología, la neurociencia y la ingeniería.
Sin embargo, es crucial ir más allá de la definición y explorar los diferentes tipos de IA y cómo impactan en la vida del ser humano.
Índice de temas
🔷 Comparativa de tipos de inteligencia artificial: capacidades y usos
Tipo de IA | Nivel de capacidad | Ejemplos de uso actuales | Estado actual |
---|---|---|---|
IA débil (ANI) | Tareas específicas | Asistentes virtuales, filtros de spam, sistemas de recomendación | Totalmente operativa |
IA general (AGI) | Razonamiento general | Investigación en laboratorios, simulaciones cognitivas | En desarrollo teórico |
Súper inteligencia (ASI) | Superior a la humana | No aplicable | Teórica/futura |
Máquinas reactivas | Sin memoria ni aprendizaje | Deep Blue (ajedrez), filtros simples | Usada en tareas simples |
Memoria limitada | Aprende del pasado | Vehículos autónomos, chatbots, análisis predictivo | Uso extendido |
Teoría de la mente | Entiende emociones e intenciones | Robots sociales (prototipos), IA emocional | En investigación |
Autoconciencia | Consciente de sí misma | No aplicable | Concepto hipotético |
Los 3 tipos de IA más comunes
Actualmente, existen varios tipos de IA, pero tres de las más conocidas y relevantes son las siguientes.
¿Qué es la IA débil y en qué se usa hoy?
Dentro de los tipos de IA, esta se encarga de tareas específicas y no aprende más allá de ellas. Algunos tipos de inteligencia artificial débil son el reconocimiento de imágenes, los generadores de imágenes y el procesamiento de lenguaje natural en empresas, que permite automatizar la interacción con clientes mediante texto o voz. Siri, el Asistente de Google, Alexa son formas de IA débil. Pueden comprender comandos de voz y responder a ellos, pero no pueden dar diagnósticos médicos exactos, a diferencia de los sistemas avanzados de inteligencia artificial general y su potencial aún en desarrollo
Máquinas reactivas
Sólo pueden reaccionar a estímulos, como el movimiento de una ficha de ajedrez en un tablero virtual. No crean memorias a las que puedan acceder en el futuro, como es el caso de las máquinas de IA de memoria limitada, pero son componentes útiles de la vida digital. Dos ejemplos de máquinas reactivas son los filtros de correo no deseado y los sistemas de recomendación que captan tu comportamiento y hacen recomendaciones de visualización o compra.

IAs de memoria limitada
Las IAs de memoria limitada son las más comunes en la actualidad. Pueden aprender de experiencias pasadas y utilizar esa información para realizar predicciones o ejecutar tareas más complejas.
Se utilizan para anticipar tendencias en ciencia de datos e inteligencia artificial mediante métodos como los árboles de decisión, y son fundamentales en ámbitos como finanzas, meteorología, coches autónomos, chatbots o soluciones basadas en redes neuronales profundas.
El impacto de estos tipos de IA en la vida cotidiana es profundo y multifacético. Aunque a menudo de manera imperceptible, ha generado importantes cambios: desde los filtros de spam que evitan que las bandejas de entrada se inunden con correos electrónicos no deseados hasta las recomendaciones personalizadas que ofrece Netflix, la IA trabaja silenciosamente detrás de escena para mejorar la experiencia, revolucionando incluso sectores como la atención al cliente, la medicina y la automoción, ofreciendo soluciones cada vez más precisas, eficientes y personalizadas.
Tipos de IA y sesgos
Sin duda, el impacto de la IA está creciendo a un ritmo exponencial, y con este crecimiento surge la responsabilidad de garantizar que se utilice de manera ética y responsable. Es crucial tener conciencia de los sesgos que pueden surgir en su desarrollo o entrenamiento y tomar medidas para mitigar su impacto negativo.
Existen diversas estrategias para reducir el impacto negativo de los sesgos en los diversos tipos de IA. Estas incluyen utilizar datos diversos en el entrenamiento de los sistemas y aplicar técnicas de depuración para identificar y eliminar sesgos.
Los sesgos en inteligencia artificial suelen generarse cuando los datos utilizados para entrenar modelos reflejan desigualdades históricas, carencias demográficas o supuestos erróneos. Si no se corrigen, estos sesgos se replican y amplifican en decisiones automatizadas como procesos de selección, concesión de créditos o diagnóstico médico. Entre las estrategias para mitigarlos destacan el uso de algoritmos fairness-aware, auditorías externas, explicabilidad de modelos (XAI), y evaluación continua con métricas éticas claras.
La comprensión de los tipos de inteligencia artificial no solo implica saber cómo funcionan, sino también entender sus riesgos éticos. Los sesgos en los datos pueden generar decisiones injustas o discriminatorias. Para evitarlo, es fundamental usar datasets diversos y aplicar técnicas de depuración durante el entrenamiento de modelos de IA. Así se garantiza que su desarrollo sea más justo, transparente y beneficioso para la sociedad.
Para que la inteligencia artificial evolucione de forma equitativa, es necesario incorporar principios de justicia algorítmica, transparencia, responsabilidad y participación ciudadana. Regulaciones claras, evaluaciones de impacto ético y una mayor diversidad en los equipos que desarrollan estas tecnologías son pasos clave para asegurar que sus beneficios alcancen a toda la sociedad sin reproducir desigualdades existentes.
A medida que esta tecnología continúa avanzando, se debe mantener un enfoque ético y responsable para maximizar sus beneficios y minimizar sus riesgos, como lo demuestran los avances recientes en inteligencia artificial en Argentina. Reconocer los sesgos y trabajar activamente para reducir su impacto garantizará que la IA contribuya positivamente a la sociedad en su conjunto, especialmente en áreas impulsadas por el deep learning y sus aplicaciones más actuales.