En los últimos años, la infraestructura regional de Internet experimentó una serie de avances importantes. Sin embargo, todavía existen preocupaciones en torno a cómo podrá hacer frente a nuevos retos como las restricciones de crecimiento y la diversificación del tráfico. Dado que la expansión pura ya no es una opción, es importante comenzar a pensar en el futuro del peering en América Latina con el objetivo de garantizar la calidad del ecosistema digital.
Los Puntos de Intercambio de Internet (IXP) son claves en la transformación del peering en la región, ya que permiten que el tráfico permanezca local, se reduzcan los costos y mejore la experiencia del usuario final. No obstante, de acuerdo con SOCIUM, solo el 25% de los que se encuentran en Latinoamérica y el Caribe cuentan con un colector de rutas.
Por otro lado, apenas el 18% de los IXPs de la región dispone de AS112, un servicio que mejora la estabilidad y el rendimiento de Internet al reducir la carga en los servidores de DNS. Estas carencias limitan las capacidades técnicas y operativas de los puntos de intercambio.
Con respecto al mercado de Redes de Distribución de Contenido (CDN) en América Latina, pese a que también enfrentan nuevos desafíos debido a la saturación del crecimiento y la diversificación del tráfico, generó US$ 1.386,9 millones en 2023 y se espera que alcance unos ingresos proyectados de US$ 3.882,3 millones para 2030, según Grand View Research. Estas cifras representan una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 15,8%.
El CDN de video fue el servicio que tuvo una mayor participación en los ingresos, con un 64,94%. Se trata del segmento más lucrativo y el que registra el crecimiento más rápido durante el período analizado. Esto se puede atribuir a factores como la creciente demanda de contenidos y servicios en línea, además de la proliferación de teléfonos inteligentes y la conectividad a Internet.
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Un ecosistema en plena transformación
Durante el evento Internet Day 2025, organizado por CABASE, se llevó a cabo un panel dedicado al futuro del peering en América Latina desde la perspectiva de las CDN. Participaron en él Arturo Servín, gerente técnico de infraestructura e interconexión en Google; Diego Domínguez, Edge Strategy Manager en Meta; y Eric Cajal, representante de Akamai en América Latina, con la moderación de Gabriel Adonaylo, coordinador de LAC IX.
La conversación se centró en la transformación del ecosistema digital regional, los modelos de interconexión, el rol cambiante de los IXP y los desafíos para sostener una infraestructura de internet resiliente y distribuida en América Latina.
Saturación de crecimiento y nuevos límites para las grandes CDN
Desde la mirada de Google, Arturo Servín fue contundente: “Ya no estamos creciendo tanto, y entonces vuelve más difícil justificar inversiones”. Esto se debe a que, según explicó, Google ya alcanzó una red con una capilaridad tan alta que ampliar su alcance todavía más conlleva costos exponenciales sin un retorno evidente.
Para describir la evolución, Servín comenzó con la necesidad de bajar la latencia en la etapa inicial de Google Search, continuó con el crecimiento con YouTube y el acceso móvil, y finalizó con la etapa actual dominada por inteligencia artificial. Pese a esto, remarcó que hoy, con tecnologías como los modelos de lenguaje, “la latencia no está en la red, sino en procesar, porque le estás preguntando al modelo de lenguaje para que te responda”.
Esta realidad marca un cambio profundo. “Es una red bastante grande y el extenderlo se vuelve como cada pedacito más”, señaló Servín, y agregó que es “cada vez más costoso llegar a ese pedacito”, al compararlo con la ley de rendimientos decrecientes. La consecuencia es que, para Google, ya no es rentable desplegar nodos adicionales si no hay una gran concentración de demanda, y el impacto en América Latina es directo: los proveedores pequeños quedan fuera del radar si no hay mecanismos de agregación.
Más eficiencia con nuevos tipos de tráfico
Diego Domínguez, por parte de Meta, coincidió en el estancamiento del tráfico tradicional. “En algunos países de América Latina ha sido tan bueno ese proyecto de eficiencia que el tráfico de Meta ha bajado de un año hacia atrás, en lugar de subir como subió todos los años”, explicó, en referencia al trabajo de optimización de video que realizó su equipo técnico en los últimos años.
Meta no produce contenido en vivo ni vende servicios en la nube como Google o plataformas de streaming. Su uso se concentra en terminales móviles, donde la calidad de video ya no puede crecer mucho más y el tiempo de uso diario de los usuarios se estabilizó. Sin embargo, “lo nuevo que está desarrollando son las experiencias a través de realidad aumentada e inteligencia artificial que no se soportan en los cachés”, expresó Domínguez. “Esas experiencias no pasan por los cachés, sino por hardware”, detalló.
Estas nuevas experiencias —como llamadas en tiempo real por WhatsApp o metaverso— no pueden ser distribuidas con los mismos esquemas de cacheo que dominaban en el pasado. Por eso, Domínguez mencionó a “la existencia de puntos de interconexión” como un aspecto fundamental para que “el contenido local sea local, y eso va a seguir siendo clave para nosotros”. La cercanía de los nodos se vuelve fundamental para evitar latencias en experiencias interactivas.
La complejidad técnica y la concentración desafían a los IXPs
Eric Cajal, desde Akamai, ofreció una visión que sumó un nuevo nivel de complejidad. La empresa fue pionera en la distribución de contenido en internet y hoy se encarga de “decenas de diferentes productos que se deben cachear de diferente manera en diferentes momentos del día, todos bajo la misma plataforma”, explicó Cajal. Estos incluyen gaming, streaming, short vídeos, contenidos de seguridad, de bancos, de tarjetas y de ventas de comercio electrónico, entre otras cosas.
“Esa diversidad de distribución requiere necesariamente un espacio de cacheo muy grande, lo que ha complicado a lo largo de los años la posibilidad de estar tan distribuidos como lo estábamos antes”, indicó Cajal. Por esta razón, “necesitamos mucho ancho de banda para poder llegar a los clientes y deben ser entregados desde grandes granjas de servidores”, añadió.
Sin embargo, no todos los países ofrecen condiciones adecuadas para desplegar nodos. “Uno de los grandes desafíos y grandes complicaciones es encontrar un data center que tenga el ecosistema y las condiciones dadas para la interconexión con tanto los grandes proveedores como con los IX”, remarcó Cajal. Sin un entorno de colaboración entre carriers, operadores, gobiernos y centros de datos, el modelo de interconexión se vuelve inviable.
El futuro del peering en América Latina: en busca de soluciones
La conclusión del panel fue unánime: el modelo actual de peering necesita transformarse. Arturo Servín explicó que Google ya no hace sesiones bilaterales de peering a pequeña escala, porque representan un altísimo costo operativo frente a un volumen de tráfico marginal. Ante esto, planteó que la solución es un modelo de agregación, donde los grandes proveedores se interconectan con agregadores que luego distribuyen a múltiples redes menores.
En paralelo, Domínguez propuso buscar modelos colaborativos que permitan reducir costos y compartir infraestructura: “Hay otros modelos de negocios de colaboración que se puedan explorar para compartir infraestructura y atraer más redes fácilmente a los puntos de intercambio”. Esto incluye acuerdos como los vistos en el mundo de los cables submarinos o los data centers.
El futuro del peering en América Latina ya no depende exclusivamente de la expansión de la red, sino de la capacidad de coordinación entre actores diversos como gigantes tecnológicos y operadores locales. La sostenibilidad de la interconexión regional requiere evolucionar hacia modelos híbridos, más eficientes y colaborativos. Las CDN ya no crecerán como antes; en cambio, buscarán resiliencia, capilaridad selectiva y mayor retorno sobre cada punto adicional de presencia.
Los IXPs no desaparecerán, pero deberán reinventarse. Como resumió Adonaylo, este escenario hace que “tengamos que utilizar muchísimo más y cada vez más el ingenio, y de alguna manera continuar trabajando en conjunto entre los distintos actores”.