Cuando se creó internet en 1989 (con la primera red global bajo el nombre de “Arpanet”), era imprescindible contar con una computadora de escritorio para acceder a él. Con el tiempo, la adaptabilidad de esta nueva tecnología la trasladó hacia dispositivos inalámbricos y móviles, con el mejor ejemplo en los teléfonos celulares (que se han convertido, básicamente, en computadoras de bolsillo).
Y, al día de hoy, ya se habla del “internet de las cosas” (también conocido por su nombre en inglés “internet of things”, o por su abreviatura “IoT”) un concepto que explica cómo tantos dispositivos digitales ya se venden con el internet incorporado como una función primordial.
Ahora bien, ¿de qué forma afectará positivamente la adopción del IoT al sector industrial?
Ya de por sí, la industria es propensa por su naturaleza desarrollista a acoger las últimas novedades tecnológicas para hacerse más eficiente. En este sentido, el internet de las cosas ha llegado para alimentar esta espiral de crecimiento dado que su aplicación optimiza la producción y mejora el uso de los insumos de los que dispone una empresa. De esta forma, su labor generará más ganancias y podrá desenvolverse mejor frente a los vaivenes de un contexto incierto, posibilitando así ser más competitiva en el mercado.
Los enormes beneficios que ha generado el IoT redundan por ejemplo en la posibilidad de aumentar la productividad de una industria mediante la automatización de sus procesos. Incluso puede “entrenarse” a las máquinas para que recolecten mucha información y, luego de haberla analizado ellas mismas, accionen según requiera el sector.
Otra ventaja es la reducción en el uso de los insumos, lo que fomenta a su vez la obtención de mayores ganancias por un costo menor. La mayor eficiencia de los procesos beneficia al mismo tiempo a la administración de la planta de la que se dispone.
Mantenimiento predictivo
Una de las novedades más asombrosas que llegan de la mano del internet de las cosas es lo que se conoce como mantenimiento predictivo, que consiste en acoplar sensores a la maquinaria que obtienen información sobre ella. Pasado un cierto tiempo, es posible incluso anticiparse al momento en que será necesario que esa máquina sea revisada antes de que realmente falle. Así, pueden identificarse los puntos a reparar sin tener que detener la producción, lo que permite gestionar mejor el proceso al tener mayor noción del capital con el que se cuenta.
También puede destacarse que una empresa que obtiene estos beneficios gana también, desde luego, un mejor posicionamiento frente a su competencia. La automatización, la mayor eficiencia y el mantenimiento predictivo que llegan de la mano del IoT permiten a una empresa gozar de más herramientas para afrontar un mercado volátil.
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