La figura del Chief IA Officer se convirtió en una de las discusiones más relevantes dentro de los directorios. No se trata de un cargo decorativo, sino de una posición que puede marcar la diferencia entre ser líder o quedar rezagado en la era de la inteligencia artificial.
En lo profundo de cada gran transformación aparece una decisión que requiere valentía. Hoy, con la IA en plena expansión, las organizaciones enfrentan una de esas decisiones: ¿incorporar o no un Chief IA Officer?
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Chief IA Officer: estratega de futuro y articulador del cambio
El Chief IA Officer no es un simple especialista técnico. Según Carlos Rozen, Socio de Advisory en BDO Argentina, “es un estratega de futuro, un líder ético y un articulador entre innovación, negocio y humanidad”. Su misión no consiste en programar algoritmos, sino en garantizar que la inteligencia artificial potencie el propósito organizacional con efectividad, responsabilidad y visión.
Tal como en su momento aparecieron figuras como el CIO, el CISO o el CSO para dar respuesta a nuevos escenarios, el Chief IA Officer surge como respuesta al desafío más transversal y transformador del siglo: la inteligencia artificial.
El cargo aún está en construcción. No existe una descripción estándar para que los head-hunters puedan definir un perfil unívoco. Son los propios directorios los que deben debatir y diseñar qué esperan de quien ocupe esta posición.
Rozen detalla cinco grandes misiones para este rol:
- Diseñar la estrategia de IA. Vincular el uso de la inteligencia artificial con los objetivos de negocio, buscando innovación, eficiencia y diferenciación.
- Gobernar con ética. Desarrollar marcos y políticas claras que garanticen un uso justo, transparente y sin discriminación. Para Rozen, se trata de “dar tranquilidad de que a la velocidad que requiere el vertiginoso ritmo de los negocios digitales, las personas lo harán ‘sobre rieles’, y ‘sin estrellarse’”.
- Gestionar riesgos tecnológicos y reputacionales. Evaluar impactos, prevenir sesgos y asegurar la “explicabilidad” de los modelos. Esto implica “entender cómo y por qué un algoritmo tomó una decisión” y que tanto técnicos como usuarios puedan comprender los criterios detrás del resultado.
- Acompañar a todas las áreas. El Chief IA Officer no debe mirar de afuera, sino ser socio estratégico de Operaciones, Comercial, Marketing, Finanzas, Recursos Humanos, Legales y Compliance; e impulsar la adopción de inteligencia artificial en cada frente.
- Impulsar la cultura de IA. Desarrollar acciones para mitigar impactos, capacitar e inspirar a todos los niveles. Según Rozen, se trata de que las personas abracen el cambio “con alegría, entusiasmo y coraje”.
Chief IA Officer y su rol frente a los riesgos de la inteligencia artificial
El Chief IA Officer está llamado a gestionar un terreno lleno de oportunidades, pero también de riesgos nuevos. La inteligencia artificial puede automatizar decisiones, personalizar ofertas y analizar grandes volúmenes de datos, aunque al mismo tiempo expone a las organizaciones a dilemas éticos y legales.
Rozen advierte que los riesgos pueden ir desde algoritmos discriminatorios hasta la falta de transparencia en decisiones automatizadas, lo que genera responsabilidades inciertas. Para enfrentar este panorama, el Chief IA Officer debe liderar la gobernanza algorítmica, asegurar que los modelos sean auditables, trazables y documentados.
En este punto la explicabilidad cobra un rol central. “Sin explicabilidad, la IA se vuelve una ‘caja negra’ difícil de auditar. Cuanto más crítico el uso, mayor debe ser la exigencia de explicabilidad”, sostiene Rozen. Esa capacidad de dar claridad es lo que genera confianza, permite detectar errores, evitar sesgos y cumplir con regulaciones.
El Chief IA Officer también debe anticiparse a las normativas internacionales, participar de foros y construir vínculos con autoridades regulatorias. De ese modo, la organización estará preparada para cumplir con los principios de proporcionalidad, equidad y transparencia que exigen legislaciones como el AI Act en Europa o las normas locales sobre protección de datos.
Chief IA Officer y la relación con Compliance
La relación entre el Chief IA Officer y el área de Compliance ,una función dentro de una empresa que se encarga de implementar políticas, procedimientos y controles para asegurar que las operaciones de la organización se ajusten a todas las leyes, regulaciones, normas internas y estándares éticos aplicables, es estratégica.
“En esta dupla imprescindible, Compliance aporta el marco normativo y ético, y el CAIO asegura que las soluciones de IA se mantengan dentro de ese marco mientras agregan valor al negocio”, explica Rozen.
Existen cuatro grandes ejes en los que ambos deben trabajar de manera conjunta:
- Gobernanza algorítmica: Asegurar que los modelos puedan auditarse y que se pueda demostrar su equidad y legalidad.
- Cumplimiento normativo: Adaptarse a las regulaciones vigentes en materia de inteligencia artificial y protección de datos.
- Gestión del riesgo reputacional: Prevenir que decisiones tomadas por algoritmos afecten la confianza de clientes, empleados o terceros. Rozen remarca que se trata de “ver más allá de lo que la típica gestión de riesgos nos mostraba” y abrir “una nueva ventana a desarrollar talleres de riesgos más creativos ‘saliéndose de la caja’”.
- Capacitación ética: Impulsar una cultura donde se comprendan límites y responsabilidades del uso de inteligencia artificial en todos los niveles de la organización.
Compliance y Chief IA Officer, trabajando en conjunto, pueden convertir a la empresa en una organización responsable en plena era de la automatización inteligente.
Chief IA Officer: ¿inversión o moda pasajera?
La pregunta final que se hacen muchos directorios es si realmente necesitan un Chief IA Officer. La respuesta para Rozen, es clara: “Si estamos frente a una organización que está apostando fuerte a marcar una diferencia y liderar con IA, es altamente recomendable”.
El cargo se vuelve aún más necesario cuando existen proyectos dispersos, sin una visión común, algo que el especialista describe como un denominador común en muchas organizaciones.
El Chief IA Officer no llega para reemplazar personas, sino para liberarlas de rutinas, errores y ruido operativo. Permite tomar mejores decisiones, anticiparse y hasta escuchar al cliente antes de que hable.
Invertir en esta figura está lejos de ser una moda. Según Rozen, implica “ponerle cerebro, corazón y coraje a la revolución que ya comenzó y avanza a velocidades sin precedentes”. Se trata de evitar quedar como empresa seguidora y, en cambio, tener la capacidad de fijar las reglas de juego.