Robots: qué son, funcionamiento y modelos. ¿Nos sustituirán?
La definición de robots puede sonar un poco reductiva pero, de hecho, un robot es una máquina programable capaz de realizar una serie de acciones/actividades complejas a la par de (o más bien con) un ser humano.
Índice de temas
Qué es un robot
En el imaginario común identificamos a los robots como máquinas de hardware también equipadas con un componente de software, pero en realidad hoy en día el término también se refiere a la rama de agentes virtuales y sistemas de software como los chatbots, que más comúnmente se llaman bots, o RPA – Sistemas robóticos de automatización de procesos (esencialmente máquinas programables que no tienen el componente de hardware).
El origen del término está relacionado con el escritor checo Karel Čapek que usó la palabra robot (por sugerencia de su hermano Josef) por primera vez en 1920 en la obra titulada RUR (Rossumovi Univerzální Roboti – Robots universales de Rossum) donde aparecía un humanoide imaginario, identificado como un robot para recordar la palabra checa robota, que literalmente significa “trabajo esclavo” (era un trabajo que los sirvientes tenían que ofrecer a sus amos durante un período. No se refería a “trabajo forzoso”, en el sentido de trabajo pesado).
Un robot puede ser autónomo o semiautónomo dependiendo de sus capacidades y funcionalidad, puede actuar y/o moverse de forma independiente y estar equipado con un “sistema de control” interno, puede soportar otros sistemas y humanos, puede ser semiautónomo con un sistema de control remoto.
En cuanto a sus capacidades/funciones, un autómata podría definirse hoy como un sistema artificial capaz de llevar a cabo tareas y actividades con diferentes niveles de autonomía.
Nacimiento de la robótica (los orígenes del término)
La robótica es una rama de la ciencia relacionada con la tecnología y las disciplinas de ingeniería que se ocupa del diseño, desarrollo / construcción, operación y aplicación de todos los componentes de un robot (hardware, software, sensores).
Mientras que el término robot se atribuye al escritor checo Karel Čapek como derivación de la palabra robot, el origen del término robótica se atribuye a Isaac Asimov, uno de los escritores de ciencia ficción más destacados de cuya pluma nacieron los robots positrónicos y las tres leyes de la robótica.
Según el Oxford English Dictionary, Asimov habla por primera vez de robótica en 1941 en un cuento llamado “Liar!” (¡Mentiroso! el título original)
¿Qué significa robótica?
Según el diccionario, el término robótica se refiere a “aquel sector de las ciencias de la ingeniería que tiene como objeto el estudio y realización de robots”.
Wikipedia, la enciclopedia libre de la web, ofrece esta definición algo más extensa de robótica: “una disciplina de ingeniería que estudia y desarrolla métodos que permiten a un robot realizar tareas específicas reproduciendo automáticamente el trabajo humano”. Aunque la robótica es una rama de la ingeniería, más precisamente la ingeniería mecatrónica, incluye enfoques de muchas disciplinas, tanto de carácter humanístico, como la lingüística, como de disciplinas científicas, como biología, fisiología, psicología, electrónica, física, informática, matemáticas y mecánica”.
Definición de robots
Un robot es una máquina que realiza actividades en lugar de los humanos.
Ser capaz de dar una definición única y decir con firmeza lo que es un robot no es sencillo, quizás también porque su elaboración, su funcionamiento y su uso implican múltiples disciplinas. Para ejecutar una automatización es necesario tener habilidades en mecánica, electrónica, informática, que hoy confluyen en la llamada ingeniería mecatrónica. Pero para poder utilizarlos en contextos cada vez más complejos y con funciones y capacidades cada vez más avanzadas (autonomía de acción, aprendizaje automático, habilidades de toma de decisiones e implementación, etc.) se hace necesario ampliar el conocimiento también a la inteligencia artificial y las materias relacionadas con la neurociencia, psicología, lógica, matemáticas, biología, fisiología, lingüística e indirectamente también a campos como filosofía, sociología y ética.
Tratemos de presentar algunas definiciones que, aunque diferentes, cada una contiene algunas peculiaridades que pueden ayudar a dar una definición más o menos amplia.
Según la definición más común de los diccionarios, los robots son versátiles estructuras mecano-eléctricas adaptables a diferentes situaciones, capaces de reproducir diversas actividades elementales, y que representan en cierto sentido la materialización significativa y tangible de un antiguo sueño del hombre. Para ellos, el hombre puede transferir la ejecución de tareas repetitivas, agotadoras o peligrosas, que requieren velocidad de movimiento, alta precisión de posicionamiento y repetibilidad de ejecución.
Según la definición dada por la Sociedad Italiana de Robótica Industrial (SIRI), “el robot es un manipulador programable multipropósito para el manejo de materiales, herramientas y otros medios de producción, capaz de interactuar con el entorno en el que tiene lugar el ciclo tecnológico de transformación relacionado con la actividad productiva”.
Una definición “útil” es la del profesor Michael Brady, fundador del Grupo de Investigación en Robótica de la Universidad de Oxford, quien describe la robótica como “la conexión inteligente entre la percepción y la acción”.
Partiendo de esto podríamos decir entonces que un robot es algo que reacciona de forma inteligente ante una situación ambiental que detecta a través de un sistema de sensores y esta reacción sirve para conseguir un determinado propósito.
Tipos de robots actualmente
Pero, ¿para qué se puede usar un robot hoy en día? Dependiendo de sus habilidades, los autómatas se pueden distinguir en robots no autónomos y robots autónomos.
Los robots no autónomos
Son aquellos que son “controlados” por software, por un programa que define a priori lo que la máquina debe hacer, o directamente por un humano (pensemos, por ejemplo, en máquinas manejadas por radio o control remoto).
Estos se suelen utilizar para tareas muy específicas (ya que están programados para realizar ciertas funciones), como rovers para la exploración de Marte o robots utilizados en la producción industrial a lo largo de líneas de montaje. Se trata de sistemas que logran realizar sus funciones, incluso moviéndose en entornos hostiles como los robots espaciales, porque están “controlados” por un programa de software determinista (que define cómo las máquinas deben “moverse” y realizar sus tareas, a menudo repetitivas como las del ciclo de producción).
Los robots autónomos
Son máquinas artificiales con un cierto grado de autonomía y consiguen elaborar respuestas, encontrar soluciones y resolver problemas en situaciones inesperadas (es decir, no programadas por el software). Estas máquinas generalmente no están programadas con soluciones de software deterministas (típicas de la informática tradicional) sino con algoritmos que utilizan diversas técnicas de inteligencia artificial (algoritmos genéticos, lógica difusa, aprendizaje automático, redes neuronales). Suelen ser sistemas móviles capaces de “percibir” el entorno circundante (a través de diversos sensores), moverse en diferentes entornos y tomar acciones y decisiones en función del contexto en el que se mueven y operan.
Un ejemplo muy común de este tipo de autómatas son los robots aspiradores o robots de jardín que deciden cuándo salir, qué ruta hacer y cuándo recargarse de forma autónoma.
La madurez de la inteligencia artificial es el principal impulso para la nueva generación de robots, capaces de “desarrollar de forma independiente” nuevos algoritmos para su funcionamiento.
De hecho, los robots de primera generación son máquinas programadas capaces de realizar solo secuencias predeterminadas de operaciones (incluso sin la presencia del hombre, pero aún sin ningún “grado” de autonomía).
Los robots de segunda generación son robots autónomos capaces de realizar funciones y tomar decisiones a través del aprendizaje automático que les permite enfrentarse incluso a situaciones no definidas previamente por el software.
Los robots de tercera generación son aquellos capaces de construir nuevos algoritmos (sin intervención humana) y verificar de forma independiente su coherencia con las tareas que tiene que realizar o los objetivos que debe alcanzar.
Nota: para más información sobre la clasificación y los modelos de autómatas, consulte los siguientes capítulos.
Las leyes de la robótica por Isaac Asimov
Las tres leyes de la robótica aparecieron por primera vez en 1942 en un cuento de Isaac Asimov titulado “Círculo vicioso”, publicado en la revista de ciencia ficción Astounding Science-Fiction. Esta historia ayudó a cambiar la narrativa de ciencia ficción de la época, al transformar la visión de los robots que, hasta los cuentos de Asimov, eran vistos y contados como seres malvados y peligrosos para los humanos.
Los robots con cerebro positrónico, un artefacto tecnológico ficticio que opera como una unidad central de procesamiento para los androides, y los dota de cierta forma de conciencia, son protagonistas de historias nacidas de la fantasía y la pluma de Asimov, si están bien diseñados y utilizados, no son peligrosos ni un riesgo para los humanos porque responden a ciertos principios de seguridad (la primera ley de la robótica), servicio (la segunda ley de la robótica) y autopreservación (la tercera ley de la robótica) con los que se regula su comportamiento.
Esto es lo que dicen las tres leyes de la robótica:
Primera ley: un robot no hará daño a un ser humano, no por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
Segunda ley: un robot debe obedecer las órdenes dadas por los humanos, siempre que tales órdenes no vayan en contra de la primera ley;
Tercera ley: un robot debe proteger su existencia, siempre que la protección del mismo no entre en conflicto con la primera o segunda ley.
Las tres leyes de la robótica pronto se hicieron lo suficientemente populares como para empujar a otros escritores a usarlas, aunque sin mencionarlas explícitamente, ya que Asimov era muy celoso de su creación y las consideraba propias, lo que casi hizo desaparecer las historias de robots destructivos.
En algunos de sus cuentos posteriores Asimov postula la existencia de una cuarta ley, superior en importancia a las otras tres llamada la Ley Cero.
Cómo funcionan los robots: estructura y características
Los autómatas son sistemas cada vez más complejos y clasificarlos por su generación (primera, segunda y tercera generación), o la diferencia entre autónomos y no autónomos, no es suficiente.
Para entender qué tipo y modelos de autómatas existen hoy en día (y qué veremos en el futuro en el área de la robótica), es necesario entender la estructura de los robots y cuáles son sus principales características. En principio, tienen cuatro “unidades funcionales”, es decir, deben ser vistos como sistemas complejos que tienen diferentes “órganos funcionales” (órganos mecánicos, órganos sensoriales, órganos de control, órganos de gobierno y cálculo).
Antes de ver cada uno de estos órganos, es bueno recordar la definición de robótica proporcionada por el Robotic Institute of America (RIA): “un robot es un manipulador multifuncional y reprogramable, diseñado para mover materiales, piezas, herramientas o dispositivos especializados a través de movimientos programados variables, para realizar una variedad de tareas. Un robot también captura información del entorno y se mueve de manera inteligente en consecuencia”.
1. Estructura mecánica (órganos mecánicos o funciones mecánicas)
En cuanto a la definición de robótica proporcionada por el Robotic Institute of America, la estructura mecánica de un robot representa el “manipulador multifunción”. De hecho, esto es más cierto para la robótica industrial, porque si nos fijamos en la robótica de servicio (de la que hablaremos en los próximos capítulos), la estructura mecánica corresponde al sistema de movimiento y locomoción del robot.
Los órganos mecánicos se distinguen entre dispositivos para ejecutar operaciones y actividades en un lugar fijo, y dispositivos capaces de moverse. Si quisiéramos establecer un paralelismo con los órganos de movimiento de los humanos (aunque para ciertos tipos de robots puede parecer un poco arriesgado), dividiríamos los órganos mecánicos en miembros superiores (brazos mecánicos en su mayoría, pero incluyendo las llamadas extensiones end-effector, es decir, herramientas como las manos robóticas para el manejo) y miembros inferiores (no necesariamente “piernas mecánicas” , hoy solo en los robots más sofisticados, sino órganos mecánicos como ruedas, ruedas, trineos o sistemas cinemáticos).
2. Estructura sensorial
Los sistemas robóticos están equipados con una capacidad sensorial que les permite “percibir” el contexto en el que operan. No se trata de sensaciones humanas, por supuesto, sino de una estructura sensorial que permite al robot adquirir datos, tanto sobre el estado interno de la estructura mecánica (sensores propioceptivos que permiten al robot “percibir”, por ejemplo, posición y velocidad), como sobre el entorno externo circundante (sensores exteroceptivos que hacen que el robot perciba, por ejemplo, fuerza y proximidad y le den una visión artificial).
3. Estructura de control (órganos de control del robot)
Los órganos de control actúan como conectores entre la percepción y la acción y son los sistemas que aseguran que el robot realice las actividades para las que ha sido desarrollado y/o se utilice con el grado de precisión y fuerza programada.
La estructura de control está dada por actuadores (motores eléctricos, sistemas hidráulicos o neumáticos, etc.) y algoritmos de control (para el pilotaje de actuadores).
4. Estructura del gobierno (órganos de memorización y cálculo)
En este caso nos referimos a sistemas que permiten programar, calcular, verificar las actividades y trabajos realizados por máquinas robóticas. La estructura de gobierno y cálculo suele consistir en sistemas de hardware (microprocesadores, memorias, etc.) y sistemas de software (programas de aplicación, algoritmos de cálculo codificados en lenguajes de programación, estándar o dedicados).
5. Arquitectura de software y programación
La unidad de gobierno debe gestionar las operaciones a realizar por el sistema robótico sobre la base de un modelo interno del autómata (su estructura mecánica) y los datos proporcionados por los sensores. Para tener un sistema de gobierno eficaz, la arquitectura de control debe dividirse en niveles jerárquicos con los algoritmos que determinan las señales de los actuadores en la base y en el escalón más alto de la escala jerárquica la descomposición de la tarea a realizar en actividades (con el mayor grado de abstracción posible). En tal estructura jerárquica, cada nivel envía el resultado de su cómputo al nivel subyacente, que a su vez lo influye en forma retroactiva.
En cuanto a la programación de un sistema robótico, hay tres enfoques principales:
- Teaching-by-showing: el robot es conducido a lo largo de un recorrido y aprende las posiciones alcanzadas gracias a los sensores. Después, simplemente replica esa secuencia de posiciones;
- Robot-oriented: existe un lenguaje de programación de alto nivel con estructuras de datos complejas, variables y rutinarias;
- Object-oriented: como en el anterior, solo que el lenguaje está orientado a objetos.
Entre los órganos de cálculo actuales también existen algoritmos y técnicas de inteligencia artificial que ayudan a elevar el nivel de independencia de los robots autónomos (por ejemplo, a través del aprendizaje automático).
6. Movimiento del robot: análisis cinemático y análisis dinámico
Como hemos visto, un robot es un sistema complejo que tiene una estructura mecánica articulada. Para que su funcionamiento se adapte a las actividades a realizar por su “comportamiento” (movimiento, operación) debe ser esquematizado en un modelo matemático que tenga en cuenta los vínculos de causa y efecto entre los diversos órganos constituyentes (órganos mecánicos, órganos sensoriales, órganos de control).
Estos modelos matemáticos pueden referirse al análisis cinemático y al análisis dinámico del movimiento del robot.
- Análisis cinemático es lla descripción cuantitativa del movimiento de un robot (independientemente de las causas del movimiento en sí). Hay que hacer una distinción entre cinemática y cinemática diferencial: la primera trata de los vínculos entre los parámetros internos del robot (sus partes mecánicas) y su posición y/u orientación que afectan al movimiento; el segundo define las relaciones dependientes de la velocidad (para describir el movimiento del robot con más detalle).
- El análisis dinámico estudia el movimiento de la automatización y las circunstancias que lo determinan y modifican. Los actuadores son los órganos de control que proporcionan la potencia necesaria para que un sistema robótico realice una tarea. El análisis dinámico estudia el movimiento de la automatización y las circunstancias que lo determinan y modifican. Los actuadores son los órganos de control que proporcionan la potencia necesaria para que un sistema robótico realice una tarea. Es importante diferenciar entre la dinámica y la dinámica inversa. La dinámica calcula las aceleraciones de los componentes de un robot según las fuerzas aplicadas. La dinámica inversa busca determinar las fuerzas necesarias para lograr las aceleraciones deseadas.
DOF (degrees of freedom): ¿Cuáles son los grados de libertad de los robots?
Los grados de libertad en física representan los parámetros que definen la configuración y complejidad de un sistema mecánico. En robótica, los grados de libertad indican la sofisticación y capacidad de movimiento de un robot. Los robots humanoides y animales suelen tener más de 20 grados de libertad.
Para entender cómo se “calculan” los grados de libertad de un robot tomemos como ejemplo uno de los robots humanoides más avanzados tecnológicamente, iCub, el robot desarrollado por el Instituto Italiano de Tecnología (el IIT de Génova).
Partiendo de la definición clásica de grados de libertad, sabemos que el número de grados de libertad de un punto material es el número de variables independientes necesarias para determinar de forma única su posición en el espacio (es decir, sus coordenadas). Suponemos que el número de grados de libertad de un sistema es igual al del número de coordenadas generalizadas necesarias para describir su movimiento.
Por lo tanto, un punto que se mueve en un espacio tridimensional, tiene tres grados de libertad (es decir, es libre de moverse hacia adelante / atrás, arriba / abajo, izquierda / derecha), y un punto que se mueve en un plano tiene dos grados de libertad.
En robótica industrial, los robots antropomórficos (brazos robóticos) suelen tener un mínimo de seis grados de libertad porque además de la posibilidad de moverse en un espacio tridimensional (por tanto con tres grados de libertad), pueden girar a lo largo de tres ejes perpendiculares (teniendo así 3 grados de libertad adicionales).
Dadas estas premisas necesarias llegamos al “pequeño” iCub, un robot que alcanza los 53 grados de libertad, que derivan de:
- 7 grados de libertad para cada brazo robótico;
- 9 grados de libertad para cada mano robótica (3 para el pulgar, 2 para el dedo índice, 2 para el dedo medio, 1 para el anillo acoplado y el dedo meñique, 1 para la abducción);
- 6 grados de libertad para cada pierna robótica;
- 6 grados de libertad para los movimientos de la cabeza;
- 3 grados de libertad para el pecho y la columna vertebral.
Los diversos tipos de robots que se pueden comprar
Los robots son máquinas capaces de realizar trabajos autónomos en lugar del hombre. Existen distintas generaciones de robots y se destacan las diferencias entre los tipos antropomórfico, humanoide y androide. Se recomienda leer el artículo sobre los tipos de robots en el mercado para una visión más completa.
Robots industriales y Cobots
Los robots industriales y los cobots (robots colaborativos) son robots útiles para automatizar industrias. Este fenómeno toma el nombre de industria 4.0 (o cuarta revolución industrial) y permite a las industrias acelerar los tiempos de producción, ahorrando dinero.
Robots antropomórficos, humanoides y androides, las diferencias
Brazo robótico
Los sistemas antropomórficos son robots que imitan las habilidades humanas como caminar, mover los brazos, ver y desplazarse en lugares físicos. Esta categoría de robots incluye humanoides y robots industriales, como los brazos robóticos utilizados en la industria.
Robot NAO
Los humanoides son robots autónomos con apariencia humana (se parecen a los humanos porque tienen un cuerpo con cabezas, brazos y piernas o ruedas que se asemejan a la físico de las personas, aunque sean claramente reconocibles como robots). La investigación está desarrollando autómatas humanoides cada vez más sofisticados con tecnologías avanzadas que dan a estas máquinas capacidades cognitivas y sensoriales.
Robot Sophia
Los androides son siempre robots humanoides, como el robot Sophia (de hecho se suelen utilizar como sinónimos) aunque existe una tendencia a “fusionar” en esta categoría sistemas robóticos que no solo se asemejan a los seres humanos sino que también replican sus características pareciendo a todos los efectos una persona.
Luego también están los robots sociales (es decir, los robots de compañía) que se están afianzando cada vez más como robots domésticos que acompañan a los ancianos, los niños y toda la familia.
Qué dice la ONU sobre los Robots
Durante los primeros meses de 2015, precisamente en abril, expertos en tecnologías y más de 60 estados se reunieron en las instalaciones de las Organizaciones Unidas en Ginebra para comenzar a delinear una política internacional sobre el uso de armas letales autónomas, conocidas también como “robots asesinos”.
Precisamente, hace ocho años que se vienen discutiendo en la ONU los límites de las armas letales, que están totalmente controladas por máquinas y se basan en tecnologías innovadoras como el Reconocimiento Facial y la Inteligencia Artificial.
En ese entonces, tal como despliega una de las publicaciones realizadas por el organismo, Michael Biontino, representante permanente de Alemania ante la ONU, planteó lo necesario de discutir estas cuestiones vinculadas a los robots, la ética moral, la vida y la muerte. Sin embargo, por el simple hecho de que esos “robots asesinos” aún no existían, muchos Estados decidieron no tomar una postura al respecto.
Qué piensa de la tecnología la ONU
El problema aquí no son la tecnología y los robots per sé, sino el uso que se les da. De hecho, Amina Mohammed, Vicesecretaria General de Naciones Unidas, dejó muy en claro su postura sobre estas herramientas en una cumbre realizada allá por el 2017 en la sede de las Naciones Unidas. El objetivo de la intervención fue discutir y analizar sobre cómo los avances tecnológicos podían influir en el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En ese marco, Mohammed expresó que las “nuevas tecnologías pueden beneficiar las vidas de muchas personas. Por ejemplo, pueden mejorar la seguridad alimentaria, reducir los desperdicios y ayudar a las economías locales a crecer a través del acceso a nuevos mercados y formas de financiación”. Y continuando con su discurso, deslizó que la gran virtud de herramientas como la Inteligencia Artificial y la Automatización es que, con menos recursos, se pueden conseguir grandes resultados.
La Tercera revolución
En paralelo, ese mismo año más de cien expertos en Inteligencia Artificial le escribieron a la ONU solicitándole casi en carácter de urgencia que se prohíban las armas autónomas letales para evitar lo que ellos llamaron en esa carta una “tercera revolución”.
Allí, más de 116 fundadores de compañías de robótica e Inteligencia Artificial, entre ellos el cofundador de Tesla, Elon Musk, expresaron: “Las armas letales autónomas amenazan con volverse la tercera revolución en la guerra. Una vez sean desarrolladas, permitirán que el conflicto armado se luche a una escala mucho más grande que nunca y en escalas de tiempo mucho más rápidas que los humanos pueden comprender”. Y añadieron: “Estas pueden ser armas de terror, armas que déspotas y terroristas usen contra poblaciones inocentes y armas desarrolladas para comportarse de maneras indeseables”.
En marzo de 2021, un informe de la ONU alertó sobre el posible primer ataque con drones autónomos en Libia. Esto muestra que las amenazas de robots asesinos podrían convertirse en una realidad. Además, la mayoría de los países en el acuerdo “Convención sobre Ciertas Armas Convencionales” acordaron buscar restricciones para estos robots. Solo Estados Unidos y Rusia se opusieron, ya que están involucrados en el desarrollo de estas armas.
Sobre los robots asesinos, António Guterres, el secretario General de ONU, fue contundente: “Digámoslo como es: la perspectiva de máquinas con el criterio y el poder para acabar con vidas humanas es moralmente repugnante”. En ese sentido, reconoció que la tecnología militar era una “amenaza directa” en contra de la paz y la seguridad. Especialmente por su capacidad automática de “poder selecciones y atacar a víctimas” sin la ayuda del hombre.
Cuestiones éticas de los robots
Cómo mencionábamos anteriormente, dentro de la robótica hay una serie de temas éticos que tienen que ver con la seguridad humana y la integridad física y medioambiental. Año tras año, van apareciendo nuevas soluciones y herramientas vinculadas a la Inteligencia Artificial, el Machine Learning y la Automatización. Una realidad que invita a expertos, empresas y Gobiernos a plantear ciertas consideraciones en pos del bienestar general.
Qué es la ética de un robot
Muchos conocen este término como “roboética”. El término, para explicarlo sencillamente, se utiliza para referirse a los inconvenientes éticos que ocurren con los robots y cómo deben diseñarse para que éstos actúen “éticamente”. Bajo esta mirada, se presupone, de alguna forma, que a largo plazo los robots podrían representar una amenaza para los humanos y que algunos podrían ser “problemáticos”.
Por eso, con el objetivo de garantizar la seguridad de la raza humana, investigadores de diversas áreas están comenzado a abordar estas cuestiones que tiene vínculos estrechos con las preocupaciones legales y socioeconómicas.
Qué derechos tiene un robot
Según el sitio especializado Investigación y Ciencia, dentro de este dilema ético que se plantea, el robot sería un objeto pasivo o instrumental. Nunca sujeto. “Esto se traduce en que el robot no posea ningún derecho, aunque sea objeto de una disposición legislativa”, dicen. De todos modos, todavía es una cuestión que se está discutiendo, puesto que es un tema bastante reciente y que, hace décadas, quizás estaba más vinculado con las películas de ciencia ficción que otra cosa.
Por su parte, Alfonso Celotto, Doctor en derecho constitucional y derecho público que escribió el libro “Derechos de los Robots”, explica que tradicionalmente la regulación jurídica ha considerado a las máquinas solamente como “objeto” de derechos, en el sentido de que las leyes y reglamentos han regulado propiedad, posesión, responsabilidad y traspaso de las máquinas usadas como herramientas.
Sin embargo, remarca que hoy “las máquinas se han vuelto cada vez más avanzadas. La disponibilidad de cantidades enormes de datos y de ordenadores cada vez más veloces ha llevado al desarrollo de máquinas dotadas de una nueva forma de inteligencia, no humana. Es decir, dotadas de algoritmos de inteligencia artificial, que permiten el procesamiento de datos y un autoaprendizaje de alguna manera autónomos”.
En ese sentido, se plantea el problema de decidir si las máquinas pueden ser sujetos con derechos, no solo objetos. Tal vez en la clasificación de Aristóteles, los robots ya no pueden ser clasificados solo como instrumentos sin vida, sino también como instrumentos con vida. En ese sentido, se plantea el problema de decidir si las máquinas pueden ser sujetos con derechos, no solo objetos. Tal vez en la clasificación de Aristóteles, los robots ya no pueden ser clasificados solo como instrumentos sin vida, sino también como instrumentos con vida.
Amenazas posibles en contra del ser humano
-Los robots pueden ser “pirateados” y ser dominados por un atacante
-Los robots pueden ingresar a zonas restringidas
-Extraer información sensible.
-Los robots podrían atentar contra la seguridad humana causando accidentes por mal funcionamiento. Por ejemplo, los coches autónomos de Tesla.
– Riesgos laborales. Especialmente los robots industriales.
Ley y sanciones para los robots
Como mencionábamos en un comienzo, las primeras “leyes” para robots fueron escritas por el reconocido novelista de ciencia ficción Isaac Asimov en la década del 40. Un escritor de cuentos realmente exitoso.
Dentro de la historia reciente, el Consejo de Investigación de Artes y Humanidades y el Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas (pertenecientes al Reino Unido) hicieron público un listado de cinco “principios éticos” apuntado a usuarios, constructores y diseñadores en el mundo real. Estas fueron elaboradas en el 2010 y dicen que:
1) Los robots no deben diseñarse única o principalmente para matar o dañar a los seres humanos.
2) Los seres humanos, no los robots, son agentes responsables. Los robots son herramientas diseñadas para lograr los objetivos humanos.
3)Los robots deben diseñarse de manera que garanticen su seguridad y protección.
4) Los robots son artefactos; no deben diseñarse para explotar a los usuarios vulnerables provocando una respuesta emocional o dependencia. Siempre debería ser posible distinguir un robot de un humano.
5) Siempre debería ser posible averiguar quién es legalmente responsable de un robot.
En una misma línea, el pionero en el desarrollo de la robótica simple, Mark W. Tilden, también expuso sus tres reglas para los robots. ¿Cuáles son?
1) Un robot debe proteger su existencia a toda costa.
2) Un robot debe obtener y mantener el acceso a su propia fuente de energía.
3)Un robot debe buscar continuamente mejores fuentes de energía.
Impacto de los robots en el mundo laboral
En los últimos tiempos, el término Industria 4.0 ha ganado importancia en el mercado laboral. Básicamente, se refiere a una forma nueva de producir utilizando tecnologías 4.0, como el Big Data, la IA, la automatización y la conectividad. Estas herramientas han provocado grandes cambios en las fábricas, acelerando y optimizando procesos gracias a la transformación digital y la robótica.
Según el BID, casi la mitad de los empleos en EE.UU y más del 60% en Latinoamérica podrían ser automatizados en el futuro. Esto podría tener consecuencias negativas para muchas personas, ya que podrían perder sus empleos debido a este avance.
Según el BID, es importante tener políticas que identifiquen los sectores más afectados. También es necesario hacer programas de formación para que los trabajadores puedan adaptarse a nuevos empleos.
¿Reemplazará el robot al hombre?
Muchas veces nos preguntamos cual será el impacto de los robots en el futuro. Se afirma que los robots son más fiables ya que, a diferencia de los humanos, no se agotan después de trabajar durante un tiempo . Su alta precisión y disponibilidad las 24 horas los hacen más confiables para el trabajo. La aplicación de la robótica y la inteligencia artificial ha ayudado a muchas industrias a crecer y prosperar
Sí, los robots reemplazarán a los humanos en muchos trabajos, al igual que los equipos agrícolas innovadores reemplazaron a los humanos y los caballos durante la revolución industrial. Sin embargo, a raíz de estos cambios, se necesitarán humanos para crear y entregar valor de formas completamente nuevas para modelos comerciales completamente nuevos.
Artículo publicado originalmente en 06 Oct 2022