Análisis

Desafíos del edge computing en entornos hostiles: ¿está preparada la infraestructura?



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Las condiciones climáticas extremas ponen a prueba los dispositivos que operan fuera del centro de datos. En sectores como minería, agro y energía, el calor, el polvo o la humedad ya no son obstáculos ocasionales, sino el nuevo escenario operativo.

Publicado el 8 de oct de 2025

Tomás Modini

Periodista experto en tecnología B2B



Desafíos del edge computing - minería

El avance del edge computing cambió la forma en que las industrias procesan información en tiempo real. Pero ese desarrollo tecnológico se enfrenta a un adversario inesperado: las condiciones ambientales extremas. Los desafíos ya no se limitan a la conectividad o al software, sino que también incluyen la capacidad de soportar el clima.

El crecimiento de los datos y la necesidad de operar sin interrupciones convirtieron al procesamiento en el borde en una pieza clave para sectores como la minería, la logística, la energía o el agro. Sin embargo, la exposición de los dispositivos al calor, la lluvia, el polvo o las vibraciones obliga a revisar qué tan preparada está la infraestructura para funcionar en escenarios cada vez más hostiles.

Los desafíos del edge computing en un entorno extremo

La narrativa habitual sobre la digitalización suele centrarse en la nube, la inteligencia artificial o la analítica avanzada. Pero en el terreno, el protagonismo lo tienen sensores, gateways, tablets, cámaras y celulares que deben operar a la intemperie. Esa tecnología enfrenta climas extremos que, por efecto del cambio climático, se vuelven más frecuentes.

Según Forbes, en 2025 el 75 % de los datos industriales se procesará fuera del centro de datos tradicional, dentro de lo que se conoce como edge computing. El problema surge cuando ese “borde” está en un pozo petrolero a 45 °C, en una zona rural con lluvias torrenciales o en una cantera con polvo constante.

La pregunta es directa: ¿qué pasa con la tecnología que no está preparada para esas condiciones?

En América Latina, el escenario se complica por su diversidad geográfica y por la intensidad cada vez mayor de los eventos climáticos. El IPCC advirtió que estos episodios serán más frecuentes, incluso si la temperatura media global no supera los 1,5 °C. Durante 2024, ya se registraron récords de calor en Argentina, Brasil y México, además de tormentas severas en países como Colombia y Perú.

“El cambio climático está modificando las reglas de operación en campo. Hoy no alcanza con tener dispositivos inteligentes, también deben ser físicamente resilientes. La robustez tecnológica ya no es un diferencial: es una condición para operar”, explicó Jim Huang, Regional Sales Manager de Getac para América Latina.

Impacto económico y operativo de los desafíos del edge computing

El costo de una falla en un dispositivo edge va mucho más allá de la reparación del equipo. Puede interrumpir el funcionamiento de una máquina, cortar la trazabilidad de una carga, dejar sin monitoreo una válvula crítica o generar errores en la interpretación de datos.

Según BigPanda, una interrupción no planificada en grandes empresas puede superar los US$ 23.000 por minuto, sin contar penalidades ni consecuencias indirectas. A la pérdida económica se suma el impacto en la seguridad y en la continuidad del negocio, lo que deja en claro la necesidad de una infraestructura capaz de resistir.

Frente a esa amenaza, el hardware robusto aparece como la única alternativa viable. Dispositivos diseñados para soportar polvo, humedad, calor extremo, vibraciones o impactos aseguran que la digitalización siga operando en lugares donde la tecnología convencional no resiste.

Hardware robusto como respuesta a los desafíos del edge computing

Empresas como Getac desarrollan equipos con certificaciones militares (MIL-STD-810H) e industriales (IP66), capaces de operar en rangos de temperatura que van de -29 °C a 60 °C, sin ventiladores, con sellado hermético y resistencia a caídas. Esa ingeniería busca garantizar la continuidad en lugares donde el clima puede inutilizar cualquier dispositivo estándar.

“Lo que más valoran nuestros clientes en la región es que el hardware robusto de Getac les permite trabajar sin interrupciones, incluso en condiciones climáticas que antes obligaban a detener operaciones o reemplazar equipos. Es continuidad operativa asegurada”, remarcaron desde la compañía.

El cambio climático obliga a mirar el edge computing en toda su dimensión física. No alcanza con pensar en software o conectividad: la base material del sistema debe estar preparada para un mundo más caliente, más húmedo y más extremo. En muchos casos, la respuesta actual es negativa.

La transformación digital ya no puede desvincularse del contexto ambiental. Y si el clima se convierte en una amenaza, el hardware pasa a ser la primera línea de defensa. Porque en el borde, donde se desarrollan las operaciones críticas, no hay margen para errores ni para quedar fuera de servicio.

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