Es la era del escrutinio regulatorio. En este 2023, los inversores en criptomonedas se encuentran no solo con volatilidad de los precios, sino también ante el dilema de que gigantes como Coinbase y Binance estén bajo el escrutinio de las autoridades reguladoras.
Tal como publicó Forbes Argentina, los inversores estadounidenses sienten la presión mientras los controladores se acercan a estas plataformas no reguladas. Esta incertidumbre hace necesarias plataformas novedosas, con el cumplimiento regulatorio integrado.
Transformar desafíos en oportunidades
Los activos digitales tienen un rumbo a seguir. Por ejemplo, los tokens de seguridad permiten a las empresas recaudar capital mediante contratos de inversión en la cadena de bloques, todo bajo la mirada de los organismos controladores. Esto significa una vía de inversión más segura y legalmente sólida tanto para los inversores minoristas como para los institucionales. Se ha estimado que para 2030, aproximadamente uno de cada cuatro valores cotizados en bolsa en todo el mundo podría estar tokenizado.
Los activos tokenizados, como los valores digitales, son la gran novedad en las finanzas y la gestión de activos, permitiendo una participación en el mercado más precisa, eficiente e inclusiva. Varios activos concretos, como casas u obras de arte, se están incorporando a la cadena de bloques, creando nuevas posibilidades de inversión y mercados secundarios que antes no había. Todo esto de la mano de un aumento de la transparencia, responsabilidad y trazabilidad gracias a las características de la tecnología blockchain.
Sin embargo, para operar con tokens de seguridad, los inversores deben acceder a una plataforma de comercio de activos digitales que cumpla con regulaciones. Esto es porque la tokenización de valores implica que el activo se encuentra bajo jurisdicciones legales puntuales. La plataforma de negociación en sí debe cumplir y hacer cumplir las normas aplicables a los activos que yacen en ella. Por un lado, el token representa un activo y se adhiere a las reglas de su jurisdicción. Por otro, la plataforma en la que opera asegura que estas reglas se respeten y apliquen.
Así, no es viable negociar valores digitales en una plataforma que ignora las regulaciones, dado que podría resultar en pérdidas para los inversores, problemas legales y una pérdida de confianza que podría perjudicar a toda la industria. Para un futuro sostenible en el comercio de activos digitales, el cumplimiento normativo se vuelve imperativo.
Además, la liquidez plantea desafíos, ya que las instituciones requieren un volumen grande. Con el aumento de la adopción de acciones tokenizadas por parte de las empresas y las grandes corporaciones que comienzan a operar en plataformas de activos digitales, crecerá el volumen.
El futuro de las plataformas de activos digitales es con regulaciones, porque crea un entorno comercial más seguro para todas las partes. Cumplir las normas ya no será solo deseable, sino necesario para sobrevivir en el incierto mundo de los activos digitales. Las plataformas no reguladas deben adaptarse o quedarán rezagadas. Por otro lado, las que abrazan la regulación podrían ser las preferidas de los principales actores del mundo de los activos digitales en busca de soluciones compatibles.