La integración entre la tecnología de la información (TI) y la tecnología operativa (OT) (convergencia TI/OT) se volvió una decisión estratégica para las empresas industriales de cara al 2025. Los avances recientes, que involucran desde la analítica avanzada hasta proyectos de inteligencia artificial (IA), están acelerando este proceso y permiten acceder a grandes volúmenes de datos industriales que mejoran aspectos como:
- La productividad
- La calidad
- La disponibilidad de las operaciones.
De acuerdo a datos de Alianza de Fabricantes para la Productividad y la Innovación, el 71% de los fabricantes ya puso en marcha iniciativas de convergencia entre TI y OT, lo que deja en claro que esta integración ocupa un lugar central en la digitalización de las empresas.

En términos concretos, la convergencia TI/OT implica integrar tecnologías, procesos y estructuras organizativas de ambos mundos con el fin de optimizar el funcionamiento industrial.
Al conectar los sistemas de TI, que gestionan la información y los procesos de negocio, con los de OT, que controlan equipos y procesos físicos, las compañías logran operaciones más eficientes e inteligentes. Esto habilita casos de uso con alto valor y genera nuevas oportunidades de negocio.
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Importancia y beneficios de la convergencia TI/OT
Alcanzar una colaboración fluida entre ambos equipos impacta directamente en el rendimiento y la competitividad de una empresa. Si se implementa correctamente, la convergencia TI/OT habilita mejoras operativas concretas.
Gracias a la conexión con redes, datos y personas que antes funcionaban por separado, las compañías acceden a información en tiempo real que facilita la toma de decisiones más ágiles.
Boston Consulting Group señala que, a medida que TI y OT se integran, surgen nuevos casos de uso industrial con un valor estimado de US$60.000 millones. Ese valor solo puede materializarse si los equipos de ambos ámbitos “trabajan juntos como nunca antes” para aprovechar las capacidades clave de cada uno.

Los beneficios superan el día a día operativo. Algunas investigaciones recientes muestran que las empresas más avanzadas en esta integración obtienen ventajas competitivas sostenidas.
Por ejemplo:
- Están mejor preparadas para enfrentar y recuperarse de ciberataques que puedan afectar la producción
- Logran atraer con mayor facilidad al talento especializado que necesitan
- Adoptan innovaciones disruptivas más rápido que aquellas que aún no dieron este paso.
En otras palabras, la convergencia TI/OT fortalece la resiliencia y la agilidad del negocio. Son cualidades cada vez más valoradas por CEOs, CIOs y otros ejecutivos que buscan optimizar tanto la productividad como la continuidad operativa. De hecho, se espera que esta integración pronto se vuelva una práctica común.
Desafíos y fricciones en la convergencia TI/OT
Aunque los beneficios de integrar TI y OT son claros, lograr una colaboración sin fricciones entre ambos equipos implica superar varios obstáculos importantes, como:
Objetivos y culturas distintas
TI y OT históricamente operaron en silos, con prioridades que muchas veces se contraponen.
Mientras los equipos de TI suelen centrarse en la agilidad y actualizan sistemas con frecuencia, en OT predomina la necesidad de estabilidad y continuidad operativa. Si estas diferencias no se gestionan de forma adecuada, pueden surgir conflictos a la hora de coordinar cambios o implementar nuevos proyectos.
Estructuras de gobernanza separadas
Ambas áreas suelen responder a líneas jerárquicas distintas. TI depende del CIO, mientras OT responde a las áreas operativas o directamente a la planta. Sin una gobernanza común, se pierde la visión integrada, lo que lleva a estrategias desconectadas.
Es importante encontrar un equilibrio entre las necesidades específicas de cada planta y los lineamientos globales de la empresa. De lo contrario, la rigidez puede generar gastos innecesarios. La falta de una estructura compartida también da lugar a:
- Procesos duplicados.
- Superposición de tareas.
- Poca claridad sobre las responsabilidades.

Sistemas heredados y estándares incompatibles
Muchos entornos OT operan con tecnología antigua y protocolos propios que no fueron pensados para conectarse con las plataformas modernas de TI.
Integrar datos entre ambos mundos puede necesitar:
- Adaptadores
- Convertidores de protocolo
- Esfuerzo técnico considerable.
Estas barreras ralentizan la convergencia y generan tensiones cuando las soluciones típicas de TI no encajan bien con las necesidades de OT.
Riesgos de ciberseguridad
La superficie expuesta a ciberataques aumenta luego de conectar redes que antes se encontraban aisladas. Si no hay coordinación entre los equipos, una vulnerabilidad en TI puede extenderse a OT, y viceversa.
En alrededor del 75% de los incidentes que afectaron infraestructura industrial crítica, el ataque comenzó en sistemas corporativos de TI antes de propagarse a OT, según un informe de Telstra Internacional, compañía australiana de telecomunicaciones
Esta situación demuestra la importancia de contar con una estrategia de ciberseguridad unificada que integre políticas comunes y colaboración estrecha entre ambos equipos. Cuando no hay visibilidad compartida, la desconfianza crece y la respuesta ante amenazas se vuelve más lenta.
Falta de habilidades compartidas y resistencia al cambio
Hoy en día hay pocos profesionales con experiencia tanto en ambas areas, hecho que dificulta el entendimiento mutuo. Cada equipo usa su propio lenguaje, herramientas y forma de trabajo. Además, muchas veces hay resistencia a que alguien ajeno interfiera en su ámbito.
Si no se promueven espacios de formación cruzada y construcción de confianza, estas diferencias pueden trabar proyectos, generar desacuerdos metodológicos e incluso alimentar el temor en OT a que las prácticas de TI afecten la operación.
Claves para lograr colaboración sin fricciones
Para superar los desafíos que presenta la convergencia TI/OT se necesita de una estrategia clara, que cuente con:
- Buenas decisiones de gestión.
- Cambios culturales.
- Herramientas tecnológicas.
Estas son algunas de las prácticas más efectivas:
Gobernanza compartida
El primer paso es establecer una gobernanza conjunta. La dirección debe plantear una visión unificada para la convergencia y crear estructuras como comités o PMOs interdepartamentales que alineen las estrategias. Es fundamental definir de forma clara los roles y responsabilidades de cada equipo en los proyectos, así como establecer políticas comunes.
Las empresas industriales deberán compartir la responsabilidad de las iniciativas de automatización entre TI y OT, y trabajar en coordinación hacia objetivos comunes, según un reporte de IDC. Contar con una hoja de ruta única y un liderazgo alineado ayuda a evitar choques por diferencias de prioridades.
Equipos colaborativos e interdisciplinarios
Más allá del organigrama, lo fundamental es integrar a las personas. Formar equipos mixtos de TI y OT para proyectos industriales hace posible que los ingenieros de automatización trabajen junto a especialistas en TI.
El éxito depende de contar con equipos colaborativos que trabajen hacia metas comunes. Algunas iniciativas como rotar personal entre áreas u organizar talleres conjuntos ayudan a construir confianza y mejorar la comunicación. Cuando hay transparencia y cooperación, las fricciones bajan y se acelera la resolución de problemas.

Procesos y métricas unificadas
Para sostener la colaboración, ambos equipos deben compartir procesos y un lenguaje común. Esto incluye coordinar los ciclos de actualización de TI con las ventanas de mantenimiento de OT y definir indicadores que reflejen objetivos compartidos.
Por ejemplo, monitorear en conjunto la disponibilidad de sistemas y la calidad del producto genera responsabilidad mutua. TI entiende la importancia del uptime para planta, y OT valora el aporte de las soluciones digitales.
También es importante equilibrar la mirada corporativa con la realidad local. Se pueden establecer estándares comunes, pero con flexibilidad para adaptarse a cada sitio. Así se evita rigidez y se facilita la escalabilidad sin perder de vista las particularidades.
Capacitación y cultura de cambio
La tecnología por sí sola no alcanza. Son las personas quienes habilitan (o bloquean) la integración. Por eso, invertir en formación cruzada es un aspecto fundamental.
El personal de TI necesita comprender conceptos de planta como tiempos de ciclo, seguridad funcional o protocolos industriales. Y quienes trabajan en OT pueden beneficiarse de capacitarse en prácticas de TI como metodologías ágiles y gestión de proyectos.
Se debe promover una cultura en la que cada área valore lo que la otra aporta. Celebrar logros compartidos, difundir casos de éxito y contar con el respaldo visible de la dirección refuerzan ese espíritu.
Tecnología y seguridad integrada con un enfoque gradual
Desde lo técnico, la integración debe darse de manera progresiva y segura.
Un primer paso es implementar una segmentación de red adecuada entre TI y OT, que permita crear zonas seguras y limitar el movimiento de posibles amenazas. Y, aunque muchas empresas aún encuentran esto desafiante, es una base clave de cualquier arquitectura convergente.
TI y OT deben colaborar en:
- Dl diseño de gateways.
- Zonas desmilitarizadas (DMZ).
- Otros controles que aseguren conectividad sin comprometer la seguridad.
Al mismo tiempo, es importante adoptar estándares compartidos y buenas prácticas que ambos equipos respeten, como los marcos NIST CSF o IEC 62443. Esto ayuda a establecer un lenguaje común sobre riesgos y controles.
Hoy, solo alrededor del 19% de las empresas manufactureras se consideran “avanzadas” en seguridad para entornos TI/OT, según el reporte de Telstra Internacional citado anteriormente. La mayoría todavía está en proceso de maduración.
Por eso, es fundamental que ambas áreas trabajen juntas en planes de respuesta a incidentes, monitoreo conjunto y políticas de seguridad unificadas, para proteger los beneficios de la convergencia sin generar nuevos puntos vulnerables.
La convergencia TI/OT como motor del cambio organizacional
La convergencia TI/OT no es solo un desafío tecnológico. Es, sobre todo, una transformación organizacional. Para CEOs, CIOs y otros ejecutivos, esto implica asumir como prioridad la construcción de una colaboración real entre ambos equipos dentro de la estrategia digital de la empresa.
Los datos muestran una tendencia clara, en donde la mayoría de las compañías industriales en el mundo ya inició este camino, impulsadas tanto por los beneficios que ofrece como por los riesgos de quedarse atrás en eficiencia, flexibilidad e innovación. Quienes logran una integración efectiva ganan en competitividad y capacidad de crecimiento.
Alcanzar esta convergencia requiere trabajar en paralelo sobre aspectos técnicos y sobre los factores humanos. Con una visión compartida desde la conducción, equipos interdisciplinarios que se entiendan y confíen entre sí, procesos alineados y una apuesta sostenida por la capacitación, las barreras tradicionales entre TI y OT empiezan a desdibujarse.
El resultado es una organización más integrada, preparada para aprovechar al máximo las oportunidades de la Industria 4.0:
- Operaciones optimizadas.
- Innovación ágil.
- Un equipo sin divisiones internas, alineado detrás de los mismos objetivos.
Esta sinergia entre TI y OT ya se perfila como un factor determinante para el éxito de las empresas líderes en esta década.









