La conectividad digital en Argentina sigue ganando terreno en 2025, aunque persisten desigualdades marcadas entre zonas urbanas y rurales. A comienzos de este año, el país registró 41,2 millones de usuarios de internet, lo que equivale al 90,1% de la población total estimada en 45,8 millones. A pesar del leve incremento del 1,3% interanual, todavía 4,5 millones de personas siguen desconectadas.
En cuanto a dispositivos, según Data Reportal, el número de líneas móviles activas llegó a 64,7 millones, alcanzando una penetración del 141%, dado que muchas personas utilizan más de un chip. De ese total, el 96,6 % corresponde a conexiones 3G, 4G y 5G. Las redes sociales también muestran una fuerte adopción, con 32,2 millones de usuarios, lo que representa el 70,3 % de la población.
La velocidad de conexión marca diferencias según el tipo de acceso. En enero, el promedio de descarga en conexiones fijas fue de 92,6 Mbps, mientras que en conexiones móviles llegó a 35,2 Mbps, según datos de Ookla.
Esto refuerza el crecimiento del uso de banda ancha fija, que cerró 2024 con 11,9 millones de accesos. Esa cifra implica una penetración del 80,1 % en hogares y un 25,2 % sobre la población total. Durante ese año se sumaron 380.000 nuevas líneas, con un fuerte avance de la fibra óptica, que ya representa el 40,8 % de los accesos y alcanza a 4,8 millones de usuarios.
El ingreso promedio por usuario (ARPU) creció cuatro veces respecto de 2023, trepando a $15.600 durante 2024. Aun así, medido en dólares, se mantiene por debajo del promedio regional, lo que limita la capacidad de reinversión de las empresas.
Por otro lado, la infraestructura también tuvo avances. La Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO) suma 34.500 kilómetros, de los cuales 31.259 ya están iluminados y permiten conectar a 1.049 localidades, alcanzando a aproximadamente 20,8 millones de personas.
En redes móviles, la cobertura 4G supera el 95 % de la población con Movistar y ronda entre 88 % y 90 % en Personal y Claro. El 5G comenzó a tomar forma tras la subasta de octubre de 2023, en la que el ENACOM recaudó US$875 millones. Claro y Telecom-Personal obtuvieron 100 MHz cada una, y Movistar accedió a 50 MHz. Telecom-Personal proyectaba 260 sitios 5G operativos hacia fin de 2024. La penetración del 5G podría llegar al 9% este año y al 48% en 2030, según la GSMA.
A pesar de los avances, la brecha digital se mantiene: el 9,9 % de la población sigue sin acceso. Las zonas rurales, donde vive apenas el 7,4 % de los argentinos, y los sectores de menores ingresos, son los más afectados.
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Panorama de la conectividad en la Argentina y en la región
En uno de los paneles del Internet Day 2025 se habló sobre el “panorama de la conectividad en la Argentina y en la región“. Allí, referentes del ecosistema digital y de telecomunicaciones para reflexionar sobre el presente y futuro del sector.
El encuentro, moderado por Walter Burzaco, asesor de la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC), contó con la participación de Lorena Torres López, consultora senior en BlueNote MC; Enrique Carrier, director de Carrier y Asociados; y Agustín Siboldi, socio del Estudio O’Farrell.
Según datos oficiales citados por Burzaco, el país cuenta con 11,9 millones de hogares conectados, de los cuales el 80% accede mediante banda ancha fija, y el 41% lo hace a través de fibra óptica hasta el hogar. De todos modos Carrier, por su parte, abrió el panel con una advertencia clara: “Estamos en una etapa de la industria que es totalmente distinta a la de hace 15 años. En ese momento, había un escenario bullish. Hoy tenemos un crecimiento muy muy leve en fijo y en móvil, y un retroceso en otros servicios históricos como el mensaje de texto”.
Regulación e incentivos: una deuda recurrente en la conectividad en Argentina
Uno de los ejes centrales del panel fue el debate sobre la normativa que rige el sector. Siboldi fue enfático: “Necesitamos previsibilidad jurídica e incentivos claros que promuevan la inversión a largo plazo, especialmente en redes troncales”. El abogado especializado en telecomunicaciones advirtió que la legislación actual se encuentra desfasada respecto a las nuevas realidades del mercado, como las redes privadas, los servicios OTT y la integración de infraestructuras públicas y privadas.
Torres López complementó esta mirada y abordó en detalle las estrategias que algunos países de la región adoptaron para fomentar la inversión en infraestructura a través de mecanismos vinculados al espectro radioeléctrico. Señaló que “en las recientes subastas de espectro se abrió la posibilidad de hacer ese pago de ese espectro a través de obligaciones de inversión en infraestructura del país, que finalmente ayuda a que esas inversiones y esos costos se queden en la industria”.
Destacó los casos de Colombia y Perú como referencias regionales: “Colombia también hizo lo mismo con la subasta del 2023 de 5G, estuvo alrededor del 40%, también enfocado en cobertura rural, cobertura en vías, conectividad en escuelas. Perú también lo viene haciendo, llevando en totalidad el pago, el 100%, a través de compromisos de inversión”.
Torres López insistió en la necesidad de revisar estos enfoques para que funcionen como políticas sostenibles: “Creo que hay que verlo, hay que revisarlo para que siga siendo un gana a gana tanto para el gobierno, para el sector público, para los objetivos de la agenda pública como para los operadores”.
Conectividad en Argentina en 2025: mercado en expansión, pero aún fragmentado
Carrier fue directo: “Pasamos de un mercado que crecía y daba lugar a nuevos actores, a uno que muestra un leve crecimiento o está estancado. Esto coincide con un recambio estructural que requiere inversión, pero los ingresos van en caída”. Y explicó que esto no es exclusivo de Argentina: “Si uno mira el valor de las acciones de grandes empresas europeas, la mayoría perdió valor. La única que creció fue T-Mobile por su operación en EE.UU., que representa más de dos tercios del EBITDA”.
También destacó que la penetración actual (80% en banda ancha y más del 120% en móviles) no implica un mercado dinámico: “El 20% que falta conectar es el más caro de cubrir y el que menos ingresos genera. El modelo basado solo en teléfonos está agotado. Hay que conectar cosas, no solo personas”.
Redes privadas y digitalización: nuevos vectores para la conectividad en Argentina en 2025
En el tramo final del panel, se abordaron las nuevas tendencias que marcarán la agenda del sector en los próximos años. Una de ellas es la proliferación de redes privadas empresariales, impulsadas por la demanda de baja latencia, seguridad y control en espacios industriales y logísticos.
En este sentido Torres López advirtió: “¿Cómo se logran mantener los márgenes siendo mucho más eficientes en las redes?”, y propuso una serie de medidas para facilitar el despliegue de infraestructura, como marcos regulatorios más simples: “Perú ya hace unos 9 o 10 años que tiene un proceso de aprobación automática de los permisos locales. Eso se presenta y tiene aprobación automática para buscar agilidad y facilidad”
Además, se discutió el impacto de la inteligencia artificial en la gestión del tráfico de red y en la atención al cliente. Aunque este punto fue desarrollado con mayor profundidad en otro panel del evento, los especialistas coincidieron en que la automatización y la analítica predictiva serán herramientas claves para mejorar la experiencia de usuario y optimizar recursos.
El diagnóstico compartido por los ponentes no deja dudas: la conectividad en Argentina en 2025 exige una política pública activa, consensuada y sostenible en el tiempo. Esto implica integrar a todos los niveles del Estado, al sector privado y a la sociedad civil en un diálogo continuo. En el cierre, Carrier planteó un cambio de foco necesario: “Estamos en en un escenario de mercado de bajo crecimiento con mucha necesidad de inversión que nos obliga a desarrollar esquemas de negocios regulatorios que acompañen este momento en vez de tratar de negarlo y y estirar la situación”
Este mensaje cobra mayor relevancia en un contexto donde la digitalización no es un objetivo, sino que es una condición de posibilidad para el desarrollo. La región se encuentra ante una oportunidad histórica para superar las limitaciones estructurales, siempre y cuando se logren articular capacidades, inversiones y voluntad política.