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Qué es y qué puede resolver la agricultura de precisión

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En los próximos años, la agricultura tendrá que satisfacer una enorme demanda de alimentos. Una hazaña que sólo será posible gracias al uso de nuevas tecnologías, como las trampas robóticas para plagas.

Publicado el 16 Jun 2022

Según una estimación de la FAO, para satisfacer la demanda, la agricultura tendrá que producir casi un 50% más de alimentos, piensos y biocombustibles en 2050 que en 2012. Esta estimación tiene en cuenta las recientes proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que indican que la población mundial podría alcanzar los 9.730 millones de habitantes en 2050.

En el África subsahariana y en el sur de Asia, la producción agrícola tendría que duplicarse con creces de aquí a 2050 para satisfacer el aumento de la demanda, mientras que en el resto del mundo el aumento previsto sería aproximadamente un tercio superior a los niveles actuales (Cuadro). La agricultura de precisión (AGP) es, sin duda, la herramienta más importante de la que se dispone hoy en día para satisfacer estas demandas.

Qué es la agricultura de precisión

La agricultura de precisión (AGP) es un sistema de gestión integrado de observaciones, mediciones y acciones, relacionado con factores y variables dinámicas en los sistemas de producción.

Se trata de definir, tras un análisis de datos, un sistema de apoyo a la toma de decisiones para toda la gestión de la empresa, con el objetivo de una mayor sostenibilidad en términos climáticos y medioambientales, económicos, productivos y sociales.

En resumen, un sistema que proporciona las herramientas para realizar las acciones correctas, en el lugar y el momento adecuados.

En concreto, gracias al PPA, es posible obtener beneficios económicos y medioambientales como:

  • optimización de los insumos, como plaguicidas y fertilizantes, lo que se traduce en una mejora de la calidad del agua y del aire;
  • reducción de los volúmenes de agua de riego;
  • Uso racional de los factores de decisión, facilitando a los operarios y reduciendo la fatiga física, el tiempo de ejecución del trabajo, las tareas repetitivas y la intensidad, eliminando errores y maximizando el beneficio (por ejemplo, la conducción automática);
  • Distribución controlada según las necesidades reales del cultivo (agua, fertilizantes, productos fitosanitarios);
  • uso de sensores para el seguimiento en tiempo real de la salud de los cultivos, el control de la aparición de fitopatógenos o las condiciones ambientales;
  • reducir la presión de los sistemas agrícolas sobre el medio ambiente;
  • eficiencia: reducción de las operaciones de cultivo por unidad de tiempo y superficie, aumento de los rendimientos unitarios;
  • Trazabilidad avanzada (Infotracking) desde la producción hasta el consumo/venta;
  • historización y creación de bases de datos en línea (computación en la nube) para el desarrollo de Sistemas de Apoyo a la Decisión (DSS) de fácil uso;
  • reducción de la infiltración química en las aguas subterráneas (el N lixiviado puede reducirse hasta un 75%);
  • optimización de los requisitos energéticos necesarios;
  • mejora de la logística de las operaciones previas y posteriores a la cosecha y racionalización de los datos por unidad de superficie;

Agricultura de precisión y robótica

El mundo produce 2 billones de dólares de alimentos al año y el 35% de esta cantidad, 700.000 millones de dólares, se pierde antes de la cosecha.

Para superar este tipo de problemas, la startup italiana Agrorobotica -un proyecto financiado en el marco del POR FESR Toscana 2014-2020- ha desarrollado SpyFly, una trampa robótica para el control de insectos, capaz de atraer y capturar insectos dañinos durante la producción y la cosecha. Gracias a sus algoritmos de reconocimiento propios, SpyFly es capaz de:

  • identificar los insectos dañinos
  • capturarlos mediante llamadas sexuales con feromonas
  • enviar alertas en tiempo real al agricultor.

Además, gracias a la conexión a Internet, la supervisión de los cultivos se realiza a través de una aplicación instalada directamente en el smartphone.

La IA en la que se basa SpyFly es capaz de analizar los datos ambientales recogidos en el campo y, gracias a la combinación con los datos de captura de plagas, procesa y elabora modelos predictivos que pueden alertar al agricultor con antelación sobre posibles condiciones ideales para la llegada de insectos dañinos. SpyFly ganó el premio a la innovación SMAU 2018.

Esta es una de las soluciones que la industria tecnológica está desplegando para la AdP, un enfoque que aún está en pañales, pero que sin duda desempeñará un papel importante en la nueva economía.

Los problemas del sector agrícola mundial

Ante un aumento considerable de la demanda, la superficie cultivada mundial sólo puede aumentar en una medida insignificante.

La Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo también ha proporcionado las mismas estimaciones (McIntyre 2015), destacando el aumento de la población mundial y subrayando que la demanda de alimentos saludables y una nutrición óptima es uno de los mayores retos futuros en todo el mundo.

En este contexto, el sector agrícola se enfrenta a dos problemas potenciales:

  1. cómo satisfacer el aumento de la producción con el menor impacto ambiental posible
  2. cómo mantener altos niveles de producción con una mayor eficiencia en el uso de los insumos

Gracias a las directrices del Plan Estratégico de Innovación e Investigación en Agricultura, Alimentación y Silvicultura, es posible trazar cuatro direcciones principales hacia la sostenibilidad:

  1. la eficiencia económica, la rentabilidad y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas, ganaderos y forestales en diferentes contextos;
  2. la conservación y reproducción de los recursos naturales y la biodiversidad y la producción de servicios medioambientales, incluida la mitigación del cambio climático;
  3. la producción de alimentos sanos, saludables y de alta calidad;
  4. relaciones entre la agricultura y las comunidades locales capaces de garantizar la calidad de vida en las zonas rurales.

La tarea de Europa es, por tanto, apoyar y reforzar la producción agrícola invirtiendo en su sostenibilidad. A menudo, las tecnologías desarrolladas no responden a las necesidades de los agricultores o no pueden utilizarse por falta de conexión a Internet. Por estas razones, todavía hay que avanzar mucho. Las recientes inversiones y las nuevas prioridades de financiación, a nivel de los Estados miembros y de la UE, ofrecen señales alentadoras.

Por Emanuele Leoni

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