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Business Process Reengineering: qué es y cómo aplicarlo



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La Business Process Reengineering pretende hacer más eficiente el uso de la información desde una perspectiva basada en los datos.

Actualizado el 22 de sept de 2025

Mariano Tomás Ylarri

Periodista & COO de YCON



Persona escribiendo en computadora portátil con iconos de archivos digitales, representando cómo el Business Process Reengineering transforma la gestión de información en las empresas.
La digitalización documental es un paso esencial en proyectos de Business Process Reengineering, ya que habilita procesos más ágiles, seguros y orientados a decisiones basadas en datos.

Business Process Reengineering (BPR) es la metodología que permite a empresas —desde pymes hasta grandes corporaciones— rediseñar sus procesos clave para reducir costos, mejorar la productividad y aumentar la satisfacción del cliente.

Basado en un enfoque data-driven, la BPR ofrece un marco claro de pasos, métricas y KPIs para transformar operaciones con impacto real en el negocio.

Y es que en un mundo empresarial en constante evolución, la adaptabilidad y la optimización de procesos son fundamentales para el éxito. El Business Process Reengineering (BPR) se erige como un enfoque estratégico que busca revolucionar y mejorar los procesos empresariales desde su raíz.

Este artículo explora los principios clave del BPR, sus ventajas, retos, el papel de la innovación y la tecnología, así como los errores que deben evitarse y los casos de éxito que sirven de inspiración. La transformación empresarial se torna esencial en la era de la digitalización y la BPR se presenta como una herramienta valiosa para lograrlo.

Índice de temas

¿Cuáles son los principios clave del Business Process Reengineering?

Los principios clave del Business Process Reengineering (BPR) parten de una idea central: rediseñar los procesos desde cero con foco en los resultados. Esto implica analizar el flujo completo de actividades de principio a fin, eliminar tareas que no aportan valor y alinear cada etapa con los objetivos estratégicos de la organización.

La metodología exige cuestionar rutinas establecidas y replantear la forma en que se trabaja, con el fin de reducir costos, aumentar la eficiencia operativa y mejorar la experiencia del cliente. Más que en las actividades puntuales, el énfasis está puesto en el impacto global que generan los procesos rediseñados.

Persona interactuando con iconos de engranajes digitales que representan funciones empresariales como compras, finanzas y logística, en un entorno de Business Process Reengineering orientado a la eficiencia operativa.
La automatización de áreas clave —como compras, pagos y logística— es una de las palancas del Business Process Reengineering, permitiendo a las empresas integrar procesos y mejorar la toma de decisiones en tiempo real.

En la BPR, se intenta eliminar las actividades que no añaden valor al proceso o al cliente final. Esto puede implicar la automatización de ciertas actividades que se consideran innecesarias, la simplificación de los flujos de trabajo o la eliminación de pasos redundantes.

Al analizar procesos de principio a fin y alinear cada actividad con la calidad esperada por el cliente, conviene apoyarse en marcos normativos: ISO 9001 define los requisitos de un sistema de gestión de la calidad aplicable a cualquier sector, útil para estructurar procesos, responsabilidades y medición de resultados.

Cuando el rediseño exige innovación sistemática —nuevos flujos, servicios o modelos—, ISO 56002 ofrece guía para implantar y mejorar un sistema de gestión de la innovación, facilitando que los cambios de BPR no sean ad hoc sino repetibles y escalables.

Otros conceptos clave

Rediseñar los procesos empresariales puede hacer que una empresa sea más flexible y receptiva a los cambios del mercado. Al eliminar restricciones y obstáculos y simplificar los procedimientos, se puede acelerar el tiempo de respuesta y adaptarse más rápidamente a las nuevas demandas u oportunidades del mercado.

La BPR también puede ayudar a mejorar la experiencia del cliente al reducir los tiempos de espera, simplificando los procedimientos de compra o prestando servicios personalizados. Esto puede aumentar la satisfacción y fidelidad del cliente.

El Business Process Reengineering fomenta la adopción de nuevas tecnologías y la innovación en los procesos empresariales. La integración de sistemas, la automatización de procesos y el uso de herramientas digitales pueden ayudar a racionalizar las operaciones y mejorar la eficiencia general de la empresa.

Innovación e implicación

La BPR también aprovecha la innovación tecnológica para mejorar los procesos empresariales. La automatización, la integración de sistemas y el uso de herramientas digitales pueden ayudar a optimizar las operaciones y lograr los resultados deseados.

Por último, implica activamente a los empleados de la empresa. El compromiso es importante, así como escuchar sus opiniones e implicarlos en el proceso de reingeniería, ya que son ellos quienes trabajan en los procesos a diario y pueden aportar información valiosa sobre ineficiencias u oportunidades de mejora.

¿Cuáles son las ventajas del Business Process Reengineering?

El Business Process Reengineering ofrece varias ventajas para mejorar la eficiencia empresarial: reducción de costos, aumento de la productividad, flexibilidad y rapidez, mejora de la calidad y un mayor nivel de experiencia del cliente. A través de un enfoque estratégico y bien planificado de la BPR, se pueden conseguir estos beneficios implicando a los empleados y adaptando la metodología a las necesidades específicas de la empresa.

La BPR pretende eliminar actividades innecesarias o redundantes optimizando los flujos de trabajo: esto reduce los costos operativos, aumenta la eficiencia y recorta los costos globales de la empresa.

Al rediseñar los procesos empresariales de forma más eficiente, la BPR puede ayudar a mejorar la productividad de los empleados. Al eliminar tareas innecesarias o racionalizar los flujos de trabajo, se puede conseguir una mayor capacidad de producción con los mismos recursos.

La BPR puede ayudar a mejorar la calidad de los productos o servicios prestados. Al reducir los errores o las actividades no conformes, se puede garantizar una mayor precisión y fiabilidad, satisfaciendo mejor las necesidades de los clientes.

Según datos recientes del Centro Americano de Productividad y Calidad (APQC, por sus siglas en inglés), uno de los KPIs operativos más comunes utilizados por organizaciones que aplican optimización radical de procesos es la variación del tiempo de ciclo, medida que permite comparar mejoras antes y después de un proyecto de Business Process Reengineering.

¿Qué errores se deben evitar en el Business Process Reengineering?

En el Business Process Reengineering, hay errores comunes que deben evitarse: falta de implicación de los empleados, enfoque exclusivo en la tecnología, falta de análisis de los procesos existentes.

Otros retos que hay que afrontar y errores que no hay que cometer: falta de medición de resultados, resistencia al cambio, falta de liderazgo y de apoyo ejecutivo. Para evitar estos errores, basta con planificar cuidadosamente y ofrecer una comunicación eficaz. Así como gestionar adecuadamente el cambio y centrarse en la implicación activa de empleados y directivos.

Infografía en tonos pasteles sobre Business Process Reengineering para directivos: definición, cuándo aplicarlo, pasos (descubrir, diagnosticar, diseñar, pilotear, implementar, medir) y KPIs B2B (tiempo de ciclo, costo por transacción, FPY, lead time, % de automatización, productividad por FTE, OEE).
Guía visual para planificar y evaluar un proyecto de BPR: identifica cuándo usarlo (ciclos largos, retrabajo, silos) y qué KPIs medir para evidenciar impacto en costos, productividad y experiencia del cliente. Crédito: IT Masters Mag.

Uno de los principales errores es no implicar adecuadamente a los empleados en todo el proceso de BPR, lo que causa diversos perjuicios. Por ejemplo, resistencia al cambio, falta de adopción de nuevas prácticas y falta de comprensión de los beneficios del rediseño de procesos.

Por el contrario, es importante involucrar a los empleados desde el principio, escuchando sus opiniones y promoviendo su participación activa para garantizar el éxito de la BPR.

Además, otro error frecuente es rediseñar sin asegurar monitoreo continuo. Entidades como el NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, EE. UU.) documentan cómo automatizar evaluaciones de controles para verificar que los procesos digitalizados operen conforme a lo esperado, reduciendo riesgo y esfuerzo manual en auditorías.

Otros errores

Otro error común es centrarse exclusivamente en la tecnología, sin tener en cuenta los aspectos organizativos y humanos. A pesar del papel clave de la tecnología como facilitador de la BPR, es necesario comprender las necesidades del negocio, implicar a las personas y tener en cuenta los aspectos culturales y organizativos para lograr resultados duraderos.

También es un error saltarse la fase de análisis en profundidad de los procesos existentes antes de empezar el rediseño. Es importante comprender a fondo los procesos actuales, identificando las ineficiencias y las áreas susceptibles de mejora. Sin un análisis adecuado, los problemas o ineficiencias podrían trasladarse al nuevo proceso.

Retos

Uno de los principales retos de la BPR es medir los resultados obtenidos. Es importante definir indicadores clave de rendimiento (KPI) y supervisar los avances para evaluar la eficacia del nuevo proceso. Sin esto, puede ser difícil evaluar el éxito de la BPR y realizar cualquier mejora posterior.

La BPR puede encontrar resistencia al cambio por parte de empleados o directivos. Miedo a la incertidumbre o a la pérdida de control. Estos temores pueden obstaculizar la implantación del nuevo proceso. En su lugar, es necesario gestionar cuidadosamente el cambio, implicar a la gente, comunicar claramente los beneficios de la BPR y proporcionar el apoyo y la formación adecuados para superar la resistencia.

Por último, la BPR requiere un fuerte apoyo de la dirección de la empresa. Si falta compromiso y un liderazgo claro, el éxito de la reestructuración puede verse comprometido. Es crucial que la dirección participe activamente en el proceso, proporcionando los recursos, el apoyo y la orientación adecuados para garantizar la adopción y aplicación del nuevo proceso.

¿Cómo se aplica el Business Process Reengineering en la práctica?

Es necesaria una planificación cuidadosa y la participación activa de todos los niveles de la organización. Los pasos clave incluyen el análisis de los procesos existentes y la definición de objetivos (alineados con la estrategia corporativa y centrados en aumentar la eficiencia, la calidad y la satisfacción del cliente).

Otros nodos para implantar con éxito el Business Process Reengineering son el diseño de los procesos futuros (empezando por un equipo multidisciplinar para ampliar la perspectiva y la colaboración) y la implicación del personal. También es necesario gestionar el cambio, realizar pruebas y evaluaciones (recogiendo también la opinión del personal implicado y realizando los ajustes necesarios) y hacer que la implantación sea gradual.

Por último, es necesario realizar un seguimiento continuo (datos y evaluación) y mejorar los nuevos procesos, así como explorar soluciones digitales, herramientas de automatización y otras tecnologías innovadoras para simplificar y optimizar las actividades. La BPR requiere tiempo, esfuerzo y un enfoque estratégico, así como flexibilidad y capacidad para adaptarse a los cambios que se produzcan en el camino.

¿Qué rol juegan las plataformas low-code/no-code y los CoE de automatización en el Business Process Reengineering?

Las plataformas low-code/no-code aceleran el Business Process Reengineering al convertir el diseño to-be en aplicaciones y flujos ejecutables con menor tiempo de desarrollo. Son especialmente útiles para formularios, aprobaciones, case management, excepciones y experiencias human-in-the-loop que requieren iteración rápida con las áreas de negocio.

Conviene usarlas cuando el objetivo es prototipar y desplegar cambios de proceso de manera ágil, crear interfaces sobre sistemas existentes o envolver integraciones mientras se disponen APIs estables. No son la opción adecuada para núcleos transaccionales de alto volumen (ERP, core banking, facturación masiva) ni para lógica compleja que exige rendimiento y gobernanza estricta a nivel de código.

Un enfoque sano es API-first: los servicios críticos exponen interfaces controladas y el low-code consume esas APIs. Así se evita la duplicación de reglas en múltiples apps y se mantiene trazabilidad de negocio y técnica. Cuando no hay API, el puente temporal puede ser RPA; luego, el objetivo es migrar a integración nativa.

Cuándo usar low-code/no-code

  • Úsalo para: capturar datos con validaciones, automatizar tareas repetitivas, orquestar aprobaciones con SLA, construir tableros operativos y digitalizar handoffs entre equipos.
  • Evítalo para: cálculos de alto desempeño, procesamiento batch masivo o módulos que deban auditarse con el mismo rigor que un sistema financiero central.

CoE de automatización: gobernanza y guardrails

El Centro de Excelencia (CoE) define el modelo operativo y las reglas del juego. Sus funciones típicas incluyen:

  • Plataforma: administración de licencias, versiones y capacidad.
  • Arquitectura: estándares de integración, catálogo de componentes reutilizables (conectores, plantillas, UI), definición de ambientes de desarrollo/pruebas/producción.
  • Seguridad y cumplimiento: identidad (SSO, MFA), roles y permisos, políticas de datos, revisiones de cambios, auditoría.
  • Capacitación y acompañamiento: formación de equipos de negocio y TI, criterios de “desarrollador ciudadano” con ámbitos delimitados.
  • Gobierno del portafolio: intake, priorización por valor/esfuerzo, y comité para aprobar avances por etapas.

Los guardrails mínimos: uso de plantillas preaprobadas, conectores verificados, versionado y pruebas automáticas, separación estricta de ambientes, monitoreo de desempeño/errores y política de desuso (deprecation) para evitar proliferación de apps huérfanas.

Ciclo de vida e integración con BPR

Del descubrimiento (process/task mining) se alimenta un backlog. Se construye un MVP en low-code para validar el flujo to-be con usuarios reales, se pilotea con métricas base y, si cumple objetivos, se industrializa (fortalecer integración, rendimiento, observabilidad y continuidad operativa). La orquestación debe quedar documentada en BPMN y enlazada a KPIs del proceso.

Métricas para dirigir el CoE

Mide time-to-market (desde idea hasta producción), lead time de cambios, frecuencia de despliegues, tasa de fallos de cambio, reutilización de componentes (ratio de librerías comunes vs. código específico), incidentes por mil usuarios y adopción en negocio. En el proceso, monitorea el tiempo de ciclo, el costo por transacción, First-Time-Right, el % de automatización y el cumplimiento de SLA.

Riesgos y cómo mitigarlos

El riesgo principal es la dispersión (demasiadas apps para el mismo fin). Se evita con catálogo central, políticas de nombres, revisión periódica y consolidación planificada. También hay riesgo de bloqueo con un proveedor: mitígalo con estándares de integración, exportabilidad de artefactos y contratos que permitan portabilidad. Por último, vigila la calidad del dato: sin definiciones maestras y controles de entrada, la velocidad del low-code solo multiplica la variabilidad.

Casos de éxito del Business Process Reengineering

Ejemplos de éxito en el campo del Business Process Reengineering son los casos prácticos de marcas famosas: Ford Motor Company, Amazon, IBM, McDonald’s y Procter & Gamble. Empresas que lograron mejoras significativas en términos de eficiencia, calidad y satisfacción del cliente.

Desde los años 90, Ford rediseñó sus procesos de producción, introduciendo tecnologías avanzadas y mejorando la colaboración entre departamentos. Esta transformación permitió reducir en un 75% el personal dedicado a cuentas por pagar, lo que se tradujo en una disminución notable del tiempo de producción y de los costos operativos.

Amazon, que hizo de la innovación y la optimización de los procesos empresariales su seña de identidad, implantó la BPR para mejorar la eficiencia logística y la gestión de pedidos.

Gracias a la automatización, la optimización de los flujos de trabajo y el uso de algoritmos avanzados, Amazon logró aumentar hasta un 20% la precisión de sus pronósticos de inventario y, con su sistema Sequoia, hacer que el almacenamiento fuera un 75% más rápido.

Además, pruebas de campo en la última milla permitieron ahorrar 30 minutos por ruta y reducir en un 67% el esfuerzo percibido por los conductores, mejorando significativamente la experiencia del cliente.

Otros casos prácticos

En los años 90, IBM enfrentó una crisis financiera y decidió aplicar la BPR para reducir costos y mejorar la eficiencia. Rediseñó los procesos empresariales, simplificó las estructuras organizativas y adoptó nuevas tecnologías.

Esta transformación permitió ahorrar 3.500 millones de dólares (un 15% de sus gastos anuales en 1994) y acumular más de 6.000 millones en dos años, además de reducir en un 20% el tiempo administrativo en ventas y liberar 700 millones de dólares de caja en 2003.

McDonald’s también aplicó la BPR para mejorar la rapidez y precisión del servicio al cliente. Introdujeron tecnologías como la automatización de pedidos y el autoservicio, además de simplificar los procesos de producción de alimentos y optimizar la gestión de inventarios.

Como resultado, la compañía alcanzó 166 millones de usuarios activos en su programa de lealtad en 90 días y registró ventas globales por encima de los 130.000 millones de dólares en 2024, consolidando la mejora en satisfacción del cliente y el crecimiento en ventas.

Procter & Gamble adoptó finalmente la BPR para mejorar la gestión de la cadena de suministro y reducir costos. Rediseñaron sus procesos de aprovisionamiento y mejoraron la colaboración con los proveedores mediante soluciones digitales.

Gracias a este cambio, el proceso de recepción de envíos pasó de requerir 2,5 días con dos personas a realizarse en apenas 10 minutos, lo que les permitió agilizar la cadena de suministro. Además, la compañía completó programas de productividad por 20.000 millones de dólares en la última década, optimizando manufactura, marketing y operaciones.

Oil & Gas

La era de la digitalización surgió como un factor fundamental para desbloquear múltiples desafíos. En la última década, los avances en la capacidad de análisis de datos, la Inteligencia Artificial (IA) y el Internet de las cosas (IoT) permitieron a diversos actores en una amplia gama de sectores optimizar procesos complejos, identificar fuentes de pérdida e ineficiencia, y responder de manera más eficaz a situaciones de volatilidad e interrupciones.

Según Ian Bogado, CEO de la startup de climatech Uali, la curva de adaptación y aprendizaje digital en grandes empresas de este sector puede ser más lenta en comparación con otros campos. No obstante, las compañías ya ajustaron su estructura para asegurar que la transformación digital pueda satisfacer las demandas de sus estrategias y las necesidades de sus clientes.

La innovación en el Business Process Reengineering

La innovación en el Business Process Reengineering es crucial porque permite a las empresas mejorar la eficiencia y la productividad de sus procesos de negocio. El principal objetivo de la BPR es rediseñar radicalmente los procesos existentes para lograr mejoras significativas en los costos, la calidad, los plazos de entrega y la satisfacción del cliente.

Por tanto, la innovación en BPR puede adoptar varias formas:

  • Tecnologías avanzadas (robótica o RPA, inteligencia artificial y aprendizaje automático, para eliminar el error humano y mejorar la calidad general)
  • Nuevos modelos de negocio (servitización para ofrecer un modelo basado en suscripciones o servicios digitales)
  • Enfoque centrado en el cliente (con personalización de los productos)
  • Adopción de procesos ágiles

¿Qué aportan el process mining y el task mining al Business Process Reengineering?

El process mining permite ver cómo funcionan realmente los procesos a partir de los logs de eventos de sistemas como ERP, CRM, ITSM o MES. En BPR es clave para el diagnóstico inicial: descubre el flujo “as-is”, muestra variantes, identifica cuellos de botella, esperas, retrabajo y saltos entre áreas que no aparecen en el manual del proceso.

Además del descubrimiento, el conformance checking contrasta lo que ocurre con el modelo objetivo. Esto ayuda a priorizar qué pasos rediseñar y dónde obtendremos el mayor impacto (p. ej., aprobaciones redundantes, encolados por reglas obsoletas o handoffs con baja calidad de datos).

El task mining complementa al process mining analizando el trabajo a nivel de escritorio (teclas, ventanas, apps) para entender micro-tareas y atajos reales. Es especialmente útil para detectar patrones automatizables (copy-paste entre sistemas, clasificación de correos, armado de reportes) y para estandarizar tareas que hoy dependen del estilo de cada persona. Requiere políticas claras de privacidad, consentimiento y anonimización.

Hiperautomatización: RPA + IA generativa + orquestación

El diagnóstico alimenta un backlog de automatización priorizado por valor. Las RPA ejecutan tareas repetitivas y basadas en reglas; las integraciones por API eliminan dobles cargas; la IA generativa resuelve casos con texto no estructurado (extracción de datos de PDFs, redacción de respuestas, conciliación de excepciones) y asiste a equipos de front y back office. Todo esto se coordina con orquestación de procesos (BPM/workflow o iPaaS) para mantener trazabilidad end-to-end, SLAs y escalabilidad.

Para operar con calidad, se recomienda human-in-the-loop en tareas sensibles, versionado de prompts/modelos, controles de seguridad y acceso a datos, y tableros que muestren estado de colas, errores y reprocesos.

Cómo aplicarlo, en la práctica:

  1. Inventariar fuentes de datos y estandarizar logs (case ID, actividad, timestamp, actor).
  2. Ejecutar discovery y conformance; definir el “happy path” y sus variantes críticas.
  3. Estimar esfuerzo/beneficio y priorizar automatizaciones (RPA, API, IA) con un business case.
  4. Diseñar el to-be con orquestación y controles; definir roles y handoffs.
  5. Pilotear en un MVP con métricas base; ajustar reglas y prompts.
  6. Escalar y operar con observabilidad continua.

Digital twins of an organization (DTO) y simulación de procesos

Un Digital Twin of an Organization (DTO) es un modelo vivo que representa cómo opera la empresa: procesos, personas, reglas, sistemas y flujos de información. A diferencia del gemelo digital de un producto o equipo, el DTO conecta end-to-end la operación y permite ensayar decisiones antes de ejecutarlas. En la BPR reduce riesgo, acelera el despliegue del to-be y aporta trazabilidad sobre por qué un cambio funciona.

La simulación de procesos es el motor analítico del DTO. En la BPR se usa sobre todo simulación de eventos discretos (DES) para modelar colas, tiempos de servicio, calendarios y recursos; también se emplea dinámica de sistemas cuando interesa ver efectos acumulativos y modelos basados en agentes para comportamientos individuales. El objetivo no es predecir una única cifra, sino entender distribuciones, cuellos de botella y sensibilidad a la variabilidad.

Un DTO bien construido permite probar, sin tocar producción, nuevas reglas de negocio, cambios de secuenciación y paralelismo, re-asignación de roles, y la incorporación de RPA/IA. También ayuda a decidir capacidad óptima por turno y a validar el cumplimiento de SLA ante picos de demanda o ausentismo.

El punto de partida práctico es el as-is obtenido con process mining. Ese modelo se traduce a BPMN o a un esquema de simulación y se calibra con datos reales: tiempos por actividad, tasas de llegada, mezcla de casos, estacionalidad y calendarios laborales. La validación se hace comparando outputs simulados con métricas históricas hasta lograr un error aceptable.

Con el to-be, el DTO ejecuta experimentos “what-if”: priorización por valor del cliente, lotes vs. flujo continuo, políticas de encolado, reglas de reintentos, automatización de pasos manuales o cambios de layout operativo. Para la incertidumbre se recomiendan corridas de Monte Carlo con múltiples semillas y análisis de sensibilidad.

¿Qué medir? Lead time P50/P90, throughput, WIP (trabajo en curso), utilización de recursos, tasa de espera, First-Time-Right (FTR), OTIF y coste por caso. Para el comité directivo, el DTO entrega un ROI del BPR por escenario: ahorro operativo, capacidad liberada, impacto en NPS/CSAT y payback estimado.

Gobernar el gemelo es clave. Definí un process owner del DTO, versionado de modelos, bitácora de parámetros y una cadencia de refresco (mensual para operación, trimestral para planificación). La visualización debe exponer cuellos de botella, SLAs y riesgos en lenguaje de negocio, no solo en términos técnicos.

Tecnológicamente, el stack típico combina un repositorio de procesos (BPMN), un motor DES, conectores de datos (ETL/ELT o event streaming), un data lakehouse para logs y un orquestador de escenarios. La calidad del case ID y del maestro de datos (clientes, productos, calendarios) marca la diferencia entre un DTO ilustrativo y uno decisional.

Evitar atajos: modelar solo con promedios da resultados demasiado optimistas; omitir tiempos de setup, re-trabajos o excepciones invisibiliza el riesgo; y sobre-ajustar al pasado reduce la validez fuera de muestra. Un buen DTO equilibra fidelidad y rapidez de iteración para apoyar decisiones ejecutivas en tiempo real.

¿Cómo se miden los resultados del Business Process Reengineering?

Definir indicadores clave de rendimiento (KPI) y supervisar los progresos es crucial. El objetivo es evaluar la eficacia del nuevo proceso.

Pero la definición y revisión de KPIs también están cambiando: investigación 2024 de MIT Sloan Management Review muestra cómo las organizaciones evolucionan sus indicadores con IA para alinearlos mejor a la estrategia y al valor de negocio, más allá de métricas puramente operativas.

En su estudio global, los autores hallan que las empresas que revisan sus KPIs con IA son tres veces más propensas a obtener mayor beneficio financiero que las que no lo hacen; el 60% de los directivos afirma que debe mejorar la calidad de sus KPIs, y aunque solo el 34% usa IA para crear KPIs nuevos, 9 de cada 10 de ese grupo reporta mejoras claras.

Estos datos sostienen un cambio de enfoque: no solo medir mejor el desempeño, sino mejorar la forma en que se mide y gobernar los propios KPIs como un activo estratégico.

El informe distingue tres tipos de KPIs “inteligentes” alimentados por IA. Los descriptivos profundizan en lo que pasó y por qué, revelando interdependencias entre métricas (ej., el uso de “snackable AI” en Sanofi para exponer relaciones críticas entre KPIs).

Grupo de profesionales y directivos dialogando en un evento empresarial, ilustrando la importancia de la colaboración y el liderazgo en proyectos de Business Process Reengineering.
El Business Process Reengineering requiere compromiso ejecutivo y trabajo interdisciplinario. La participación activa de líderes y equipos garantiza que los cambios en los procesos sean sostenibles y alineados con la estrategia corporativa.

Los predictivos anticipan resultados y elevan los indicadores líderes: General Electric reorientó sus KPIs hacia leading indicators analizando el pipeline de pedidos frente a la base instalada para identificar oportunidades de ingresos futuros con mayor precisión.

Los prescriptivos van más allá del semáforo rojo/verde y recomiendan acciones concretas (en el caso de Sanofi, ajustes comerciales coordinados con el rendimiento de la cadena de suministro). Este avance traslada a la medición capacidades de diagnóstico y next-best action directamente útiles para operaciones tras una reingeniería.

La redefinición de KPIs con IA también modifica la propia semántica de “qué es desempeño”. Wayfair reingenierizó su KPI de lost sales: en lugar de medir pérdidas por artículo ante cambios de precio, incorporó la retención por categoría, descubriendo que entre 50% y 60% de las “pérdidas” eran en realidad sustituciones dentro de la misma categoría.

Con el nuevo KPI, la compañía mejoró recomendaciones y ajustó decisiones logísticas (ubicación de producto y restricciones de almacén) para impactar experiencia de cliente y productividad.

Casos como CBS, Tokopedia o Maersk apuntan a la misma dirección: usar IA para revisitar supuestos, identificar drivers latentes y redefinir métricas de throughput o calidad del marketplace que, al hacerse más inteligentes, abren mejoras operativas medibles tras la BPR.

KPIs clave para BPR (con fórmulas y uso)

ObjetivoKPIFórmula (resumen)CadenciaTipo*Uso típico en BPRFuente p/benchmark
CostosCosto por transacciónCoste total del proceso ÷ nº de transaccionesMensualDDimensiona ahorro tras rediseñoAPQC
VelocidadTiempo de cicloFin − inicio del proceso (promedio)SemanalDEvidencia cuellos de botella/esperasAPQC / ISO 9001
CalidadFirst Pass Yield (FPY)Unidades correctas sin retrabajo ÷ unidades totalesSemanalDCuantifica calidad del “to-be”APQC / ISO 9001
ServicioOTIF (On Time In Full)Entregas a tiempo y completas ÷ total entregas ×100%SemanalDCompromiso de servicio post-BPRAPQC
ProductividadProductividad por FTESalidas del proceso ÷ FTE involucradosMensualDMide efecto de simplificación/rolesAPQC
Automatización% de automatizaciónTareas automatizadas ÷ tareas totales ×100%MensualDVerifica captura de valor de RPA/IAISO 9001
ExperienciaCSAT% respuestas 4–5 (o promedio 1–5)MensualDImpacto en cliente tras cambiosISO 9001
ExperienciaNPS% promotores − % detractoresTrimestralDLealtad/valor percibido del nuevo flujoISO 9001
CalidadTasa de retrabajoHoras de retrabajo ÷ horas totales ×100%SemanalDDetecta “fugas” de calidad del to-beAPQC
VelocidadLead timeSolicitud → entrega (end-to-end)SemanalDEfecto global del rediseño E2EAPQC
Riesgo/ControlCumplimiento de controlControles efectivos ÷ controles definidos ×100%MensualDEstabilidad operativa post-cambioISO 9001
AnticipaciónPredicción de ciclo (t+1)Modelo IA: ciclo estimado siguienteSemanalPdPlanifica capacidad/cuotas tras BPRMIT SMR (KPIs con IA)
AcciónAlertas prescriptivasMotor IA sugiere “next-best action”DiarioPsActúa antes de desvíos críticos

Finalmente, el estudio subraya la necesidad de gobernanza de KPIs: no solo rendición de cuentas por resultados, sino accountability por el desempeño de los propios KPIs (calidad del dato, validez de los supuestos, revisión periódica). La advertencia de la ley de Goodhart aplica con fuerza a procesos rediseñados: cuando un indicador se convierte en objetivo, deja de ser buen indicador.

Por eso se propone institucionalizar ciclos de revisión y mecanismos de control automatizado para evitar que métricas estáticas se desalineen del negocio a medida que cambian el mercado y la tecnología. En síntesis, KPIs descriptivos, predictivos y prescriptivos con gobernanza y IA no solo miden, sino que aceleran la captura de valor del BPR.

El papel de la tecnología en el Business Process Reengineering

La tecnología desempeña un papel importante en la reestructuración de procesos empresariales. Ofrece herramientas y soluciones para que estos procesos sean más eficaces. La automatización de procesos, elemento clave de la BPR, permite automatizar tareas manuales o repetitivas, reduciendo el tiempo de ejecución, aumentando la precisión y reduciendo el error humano. La tecnología aprovecha herramientas como la automatización robótica de procesos (RPA) o los sistemas de gestión de flujos de trabajo.

Las empresas tienen sistemas separados para diferentes funciones empresariales, como la gestión de ventas, la gestión de compras o la gestión de recursos humanos. La integración de sistemas permite integrar estos sistemas, creando un flujo de información más eficiente y reduciendo la redundancia de datos. Esto permite una visión más completa y unificada de los procesos empresariales.

Para Alberto Arellano, Gerente de Investigación y Consultoría de Telecomunicaciones, IDC América Latina, “la integración de hardware, plataformas y servicios son una garantía de mejores experiencias, que incrementan la confianza, lealtad y monetización de nuevas iniciativas digitales”.

Otras tecnologías útiles

El análisis de datos permite recopilar, procesar y analizar grandes cantidades de datos empresariales. Permite identificar ineficiencias, puntos críticos y posibles áreas de mejora. Siempre dentro de los procesos empresariales. De este modo, mejora la toma de decisiones e impulsa el rediseño de procesos.

Las plataformas colaborativas, la mensajería instantánea y el software de gestión de proyectos también permiten una comunicación más rápida y fluida, facilitando la coordinación de actividades y el intercambio de información.

La movilidad y el acceso remoto, que permiten a los empleados acceder a los sistemas y datos de la empresa desde cualquier lugar y en cualquier momento, fomentan la flexibilidad y la agilidad en la ejecución de los procesos empresariales. Por último, permiten a los empleados trabajar de forma más eficiente y responder con rapidez a las necesidades de los clientes.

¿Qué diferencias existen entre el Business Process Reengineering y el Continuous Improvement?

La elección entre el Business Process Reengineering (BPR) y el Continuous Improvement depende de las necesidades y el objetivo de la organización. Ambos enfoques pretenden introducir mejoras significativas en los procesos empresariales, aunque son ligeramente distintos y generan resultados diferentes.

La BPR implica una reconsideración completa y radical de los procesos existentes, con transformaciones profundas en productividad, eficiencia y calidad. Requiere un cambio drástico y a menudo una implantación más compleja, pero ofrece resultados disruptivos y de gran alcance.

Por su parte, la mejora continua se centra en pequeños ajustes progresivos y sostenidos a lo largo del tiempo. En este contexto, metodologías como BPM (Business Process Management) ayudan a gestionar de manera estructurada los procesos rediseñados, mientras que Lean Six Sigma aporta herramientas para reducir la variabilidad y eliminar desperdicios.

Estas disciplinas no sustituyen al BPR ni a la mejora continua, sino que las complementan, ofreciendo un marco metodológico más amplio para la gestión de procesos en entornos corporativos.

Continuous Improvement

Por otro lado, el Continuous Improvement se centra en optimizar los procesos existentes mediante pequeñas mejoras incrementales a lo largo del tiempo. Se basa en la idea de que las mejoras constantes y continuas pueden conducir a resultados significativos a lo largo del tiempo. Requiere un compromiso a largo plazo para identificar y aplicar mejoras en los procesos empresariales, que a menudo implica a todos los niveles de la organización.

La elección entre BPR y el Continuous Improvement depende de la situación específica de la organización. Si la organización requiere un cambio radical y una transformación significativa de los procesos, la BPR puede ser el enfoque más adecuado. Sin embargo, si la organización necesita mejoras constantes y graduales a lo largo del tiempo, la Mejora Continua puede ser más apropiada.

Algunas organizaciones utilizan ambos enfoques de forma complementaria. Por ejemplo, un proyecto de BPR permite resolver problemas críticos; aplicar el Continuous Improvement, en cambio, permite mantener y mejorar los procesos de forma continua a lo largo del tiempo.

¿Cuáles son las tendencias del Business Process Reengineering en 2025?

Aunque los casos históricos como los de Ford, IBM o McDonald’s muestran cómo el Business Process Reengineering (BPR) transformó procesos en décadas pasadas, el presente exige complementarlos con las tendencias actuales que marcan la disciplina en 2025.

Una de las más relevantes es la integración de agentes inteligentes en la gestión de procesos. El concepto de Agentic BPM propone incorporar agentes autónomos basados en inteligencia artificial para supervisar, ejecutar y optimizar flujos en tiempo real, lo que amplía la automatización tradicional y habilita organizaciones más adaptativas.

Otra tendencia destacada es el avance en gemelos digitales organizacionales (DTO, por sus siglas en inglés). Estos modelos vivos representan procesos, reglas y sistemas de una empresa y permiten simular decisiones antes de aplicarlas en la operación real, reduciendo riesgos y acelerando el despliegue de cambios. Investigaciones recientes muestran cómo el DTO se combina con simulación de eventos y orquestación para mejorar la trazabilidad y la planificación estratégica.

Asimismo, la visualización de procesos está evolucionando hacia enfoques más interactivos y centrados en la experiencia de los usuarios organizacionales. Una revisión sistemática publicada en 2025 confirma que una mejor representación gráfica de los procesos facilita la comprensión, la colaboración entre áreas y la eficiencia en la toma de decisiones.

Estas tendencias muestran que el BPR no es solo un marco de rediseño radical de procesos, sino un campo en continua actualización, impulsado por la inteligencia artificial, la hiperautomatización y la necesidad de organizaciones más resilientes y basadas en datos.

Preguntas frecuentes sobre Business Process Reengineering (BPR)

¿Cómo identificar si una empresa necesita un proyecto de BPR?

Algunos indicadores son: ciclos de proceso demasiado largos, exceso de retrabajo, silos entre áreas, altos costos operativos y baja satisfacción del cliente. Un diagnóstico con process mining o auditorías internas ayuda a confirmar la necesidad.

¿Qué papel tienen los empleados en el éxito del BPR?

Son actores clave, ya que conocen de primera mano las ineficiencias. Involucrarlos desde el inicio reduce la resistencia al cambio, aporta ideas prácticas y favorece la adopción de los nuevos procesos.

¿Cómo se diferencia el BPR de la simple automatización de procesos?

Mientras la automatización busca eficiencia en tareas puntuales, el BPR replantea procesos completos de extremo a extremo. No se trata solo de digitalizar pasos existentes, sino de rediseñar la lógica del flujo de trabajo.

¿Qué riesgos principales debe gestionar una organización al aplicar BPR?

Los más comunes son la resistencia cultural, la falta de liderazgo ejecutivo, la dispersión tecnológica y la ausencia de métricas claras para medir el impacto. La mitigación requiere gobernanza sólida y comunicación continua.

¿Cuándo conviene usar BPR y cuándo optar por mejora continua?

El BPR es adecuado cuando se requieren cambios disruptivos con alto impacto en costos y calidad. La mejora continua resulta más útil para ajustes progresivos y sostenidos. Ambas metodologías pueden complementarse estratégicamente.

¿Qué métricas permiten evaluar el éxito de un proyecto de BPR?

Las más usadas son tiempo de ciclo, costo por transacción, First Pass Yield (FPY), nivel de automatización, satisfacción del cliente (CSAT/NPS) y productividad por empleado. Con IA se suman indicadores predictivos y prescriptivos.

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