Un informe de una importante compañía en Ciberseguridad deja al desnudo las vulnerabilidades de Chile en la materia: por semana, las empresas de este país están siendo atacadas aproximadamente 1280 veces. No obstante, no es el único país de la región con cifras similares: Colombia, Argentina y México están atravesando la misma realidad.
El promedio a nivel Latinoamérica es realmente alarmante. Los reportes detallan que, en los últimos seis meses, las compañías de la región fueron “atacadas” un promedio de 1.586 veces por semana. Esta cifra es ampliamente superior a la del promedio mundial, con 1.116 ataques.
En el mundo, los ataques que se volvieron casi moneda corriente fueron los vinculados a los ataques ransomware. En la actualidad, semanalmente, una de cada sesenta empresas es afectada por ataques de este tipo. Al mes de mayo, el incremento interanual era del 14%. Esto repercute inevitablemente en la parte económica de las empresas. De hecho, hay un dato revelador que marca que el costo real de un ataque de ransomware termina siendo siete veces mayor al del “rescate” pagado.
Crecen a un ritmo alarmante
Gery Coronel, especialista en Ciberseguridad en Latinoamérica, asegura que los ataques cibernéticos siguen creciendo y “a un ritmo alarmante, en volumen, sofisticación e impacto”. En esa línea, remarca la necesidad de proteger a las organizaciones de ataques avanzados: “Las empresas deben utilizar tecnologías pioneras para permanecer protegidas. Debido a este escenario, las organizaciones deben dar prioridad a la prevención si quieren combatir esta creciente amenaza”.
A medida que las organizaciones fueron incorporando el trabajo híbrido y remoto, sus esfuerzos por lograr una transformación digital efectiva se han acelerado. Sin embargo, esto significó un verdadero desafío para éstas, que en la transición debieron hacerles frente a amenazas de todo tipo y estilo.
“Los ataques de ransomware están en aumento, con la doble y la triple extorsión, y están aumentando hasta el punto de que los países se paralizan. Los gobiernos y las organizaciones simplemente ya no pueden permitirse el lujo de conformarse con la segunda mejor seguridad”, cierra Coronel.
