Además del desastre social y económico que está ocasionando, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania también ha generado una especie de guerra cibernética en diferentes territorios y, desde que inició la invasión, se registró un incremento exponencial de ataques de phishing, malwares y de denegación de servicio distribuido (DDoS).
Si bien el mayor crecimiento de este tipo de amenazas se observó en Ucrania, también los sufrieron otros países que en algún momento se pronunciaron públicamente a favor de Kiev. Por ejemplo, un estudio de Gartner detalla que desde que comenzó la invasión de Putin al menos tres compañías de energía en Alemania fueron víctimas de un ciberataque.
Es por es que Estados Unidos y la región EMEA (Europa, Oriente Próximo y África) ya han tomado nota y e iniciaron algún tipo de acción de ciberseguridad, describe la consultora. Muchas empresas decidieron reforzar sus capacidades de inteligencia de amenazas y respuestas a incidentes, mientras que otras revisaron y bloquearon las tácticas, técnicas y procedimientos de los actores de amenazas rusos ya conocidos. Como complemento, hubo compañías que intentaron promover una consciencia de seguridad entre los empleados y alentar a los altos ejecutivos sobre los posibles peligros.
Un trabajo en conjunto
El experto en gestión de riesgos, Paul Proctor, sostiene que el “conflicto cibernético no es solo un problema de seguridad, es un problema comercial y, a medida que su impacto continúa creciendo, requerirá una participación más estratégica de los líderes de la empresa en todos los niveles”.
Desde ese lugar, el especialista celebró el trabajo mancomunado entre los CiOs y CISOs, que a medida que incrementaban las tensiones geopolíticas decidieron tomar algunas medidas para fortalecer sus defensas de seguridad, impulsándose en nuevas tecnologías.
Hoy es necesario analizar el panorama de amenazas globales desde una perspectiva de negocio y entendiendo que la ciberseguridad y la geopolítica hoy más que nunca están relacionadas.
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