Esta iniciativa, fruto de la colaboración entre la compañía Thales y la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile, marca un hito en términos de tecnología y respeto por el medio ambiente, y ofrece un modelo que podría replicarse en diferentes partes del globo.
Este año sigue siendo testigo de la revolución digital en diversos sectores; entre ellos, la aviación. Así, destaca un proyecto en Sudamérica que acapara la atención a nivel mundial: la primera estación de radares totalmente sostenible en Atacama, Chile.
Esta instalación, desarrollada por Thales para la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), ofrece soluciones innovadoras para el control del espacio aéreo y la modernización de los sistemas de radar a nivel nacional.
La palabra del jefe
“El tráfico aéreo es un elemento crucial en nuestras operaciones. Específicamente, el 75% de los radares de Chile son provistos por Thales“, declaró Wellington Rodrigues, director de Thales para Cono Sur. La DGAC le presentó un desafío crucial: ampliar la cobertura de vigilancia en la región de Atacama. “Esto se alineaba perfectamente con los objetivos de Thales, ya que creemos en la armonía entre el desarrollo tecnológico y la protección del medio ambiente. Así, nos sumergimos en este desafío y presentamos una propuesta que destacaba por su enfoque sostenible desde el inicio del contrato”.
Tal como publicó Forbes Argentina, continúa Rodrigues: “Las instalaciones consisten en dos radares: uno primario, encargado de emitir y recibir ondas electromagnéticas para localizar aviones, y otro secundario que recopila información adicional mediante interrogaciones a las aeronaves. La Estación Radar de Calama se distingue por ser la primera en funcionar exclusivamente con energías renovables, gracias a la instalación de 340 paneles solares. Este enfoque pionero establece un precedente en la integración de tecnología avanzada y prácticas respetuosas con la naturaleza”.
“Para superar este desafío, aprovechamos las características únicas del entorno, transformando limitaciones en oportunidades. La abundancia de radiación solar en la región nos permitió aprovechar al máximo la energía solar para el funcionamiento de la estación. Más de 30 profesionales de Thales y la DGAC trabajaron en estrecha colaboración para llevar a cabo este proyecto, con la participación indirecta de más de 300 personas”.
“Este proyecto marca un hito en la denominada ‘aviación verde’, facilitando la optimización de rutas para reducir el consumo de combustible y, por ende, la huella de carbono. La integración de tecnología de vanguardia en aviones, radares y torres de control es esencial para alcanzar estos objetivos. Esta renovación de la infraestructura no solo beneficia a Chile, sino que también ofrece oportunidades para implementar soluciones similares en toda la región, mejorando la eficiencia y contribuyendo a la lucha contra el cambio climático”.
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