En la actualidad, no hay industria que no se vea revolucionada por la tecnología. Ya sea con mecanismos para acelerar los procesos productivos o con digitalización para generar mayor eficiencia durante las operaciones, todos los sectores han incluido distintos tipos de innovaciones y lo seguirán haciendo en los próximos años. La agroindustria no es la excepción a esta tendencia y el concepto de agrotech se expande con velocidad alrededor del mundo.
Según los últimos datos demográficos globales, la población en la Tierra ya superó las ocho mil millones de personas y, en toda la historia de la humanidad, jamás ha sido tan importante generar alimentos de forma intensiva para darle de comer a todas ellas. Sin embargo, la variable medioambiental se suma a esa ecuación, ya que las estimaciones arrojan que la producción de alimentos a base de animales genera el 57% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero dentro de la industria, mientras que el desarrollo de alimentos vegetales suma 29% más.
En ese contexto, los expertos en la materia aseguran que la única forma de producir más alimentos y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental es con la inclusión de la tecnología. Por ese motivo, el sistema agrotech gana relevancia y genera un ecosistema de negocios que vale la pena conocer y comprender. Sobre todo en países como la Argentina, donde el sector agroindustrial es uno de los principales motores económicos y sociales.
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Qué se entiende por agrotech
Se entiende por agrotech a todo modelo agroindustrial que utilice avances tecnológicos para la producción de alimentos. Ya sea a través de innovaciones mecánicas o software, el objetivo es mejorar la eficiencia y eficacia de las técnicas utilizadas para generar mayor cantidad producción en menos espacio y utilizando la menor cantidad de recursos naturales posibles.
Según reportes llevados a cabo por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el 2050 el Planeta Tierra deberá producir hasta un 70% más de alimentos para satisfacer la demanda de una población conformada por 9.600 millones de personas. Alcanzar esta meta con los sistemas utilizados durante las últimas décadas es imposible porque requieren de más tiempo y recursos. Por ese motivo, la implementación de la tecnología es la única manera de conseguir los objetivos planteados.
Ya sea con satélites, drones, big data, inteligencia artificial o cualquier otro tipo de innovación, el sector agrotech busca impulsar las operaciones del sector. “Surge de la convergencia de varias áreas tradicionales de innovación tecnológica, como la biotecnología y las ciencias de la vida, tecnologías de la información, el área de tecnologías limpias y los temas asociados de sustentabilidad, y finalmente la innovación en el procesamiento y distribución de alimentos y bebidas”, indican desde el Banco de Desarrollo Interamericano. Y agregan: “Además, se destaca por contar con un perfil fuertemente emprendedor, que emerge frente al proceso de consolidación que avanza en la industria global de la agricultura y la alimentación”.
Para concluir, el potencial para los próximos años es bastante grande, aun siendo una industria joven. Un reporte divulgado por la firma internacional Spherical Insights destaca que el sector agrotech internacional estuvo valuado en más de 22 mil millones de dólares en 2022. Se espera que esa cifra ascienda a 72 mil millones de dólares para 2032.
Beneficios y desafíos para el sector agrotech en la Argentina
El sector agrotech es especialmente importante en países como la Argentina donde la producción agroindustrial es una variable económica y social de suma importancia tanto a nivel local como regional y mundial. De hecho, está entre las diez naciones más relevantes en este campo y, según datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), se estima que de cada 100 productores internacionales de alimentos, 11 son argentinos. Además, el país concentra la segunda mayor cantidad de startups agrotech de la región, solo superado por Brasil.
Cifras de distintos organismos públicos y estatales arrojan que, en promedio, la Argentina produce 120 millones de toneladas de alimentos que son utilizadas para el consumo de 400 millones de personas en el mundo. Por lo tanto, el rol del país en este sistema es relevante y la inclusión de tecnología le permitiría generar aún más beneficios. Aunque, de todas formas, también hay desafíos que deben ser afrontados.
Una de las principales ventajas del agrotech en la Argentina es la posibilidad de producir más alimentos que sean destinados a consumo interno y exportación. Este último aspecto resulta vital porque el país se encuentra en una delicada situación económica en la que necesita hacerse de dólares para poder sobrellevar distintas problemáticas financieras.
Según las cifras oficiales del Estado, durante 2022 se exportaron poco más de 88 mil millones de dólares en bienes. De ese total, dos tercios corresponden a productos de origen agropecuario, lo que revela la importancia de esta industria para la estabilidad económica nacional. Por lo tanto, si se logra mayor eficacia y eficiencia en la generación de alimentos se podrá aumentar también la exportación para robustecer las reservas del Banco Central.
Por otro lado, un beneficio que se resalta con el agrotech es el mayor respeto al medio ambiente. Al aplicar información y tecnología, se reduce la implementación de recursos naturales y, en consecuencia, disminuye la contaminación provocada en los ecosistemas. Esto es de especial relevancia si se tiene en cuenta que la Argentina ha tomado compromisos con organismos internacionales para reducir su emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
“El sector agropecuario es un importante emisor de GEI, tanto en la ganadería (por el contenido de metano en los gases de fermentación entérica), como en las diversas actividades de la agricultura”, destacan en el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Y continúan: “Es posible lograr una disminución notable de las emisiones de gases de efecto invernadero en la actividad agrícola mediante el cambio en los hábitos de labranza o la reutilización de los subproductos y desperdicios de la cosecha. Una adecuada gestión del riego y un uso más eficiente de fertilizantes, como así también el empleo de mejores tecnologías por parte de los agricultores, son opciones que se deben tener en cuenta si se quiere lograr una reducción en las emisiones de GEI”.
En esa línea, dentro de los principales desafíos que enfrenta el país se encuentran la mejor utilización de sus tierras productivas y la distribución de los productos cultivados o desarrollados. Datos oficiales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revelan que el 12% de la producción de alimentos en Argentina es desperdiciada. De ese total el 45% son frutas y hortalizas, el rubro más caro y nutritivo.
También existen distintas barreras dentro del sector agrotech argentino que deben ser superadas para impulsarlo. La primera es el acceso a las tecnologías y al talento. Las variables económicas actuales dificultan adquirir y utilizar tecnologías que, en muchos casos, deben ser importadas y pagadas en dólares. Sin la posibilidad de acceder a esta moneda y con los saltos cambiarios que atraviesa el país en los últimos años, el crecimiento de la industria se frena.
Por otro lado, se requiere de profesionales con habilidades específicas para poder desarrollar planes dentro del sector agrotech. No solo especialistas en agropecuaria, sino también en tecnologías que recientemente se empezaron a utilizar en esta industria. Actualmente, el talento argentino goza de prestigio a nivel internacional por su calidad y precio. Pero en el país hay muy poca oferta laboral, ya que muchos trabajadores prefieren prestar sus servicios a empresas del exterior para ganar en monedas más estables como el dólar y el euro, generando vacantes en puestos locales que desaceleran el crecimiento de distintos sectores, entre ellos el agrotech.
Por qué el agrotech puede salvar la agricultura
El objetivo del sector agrotech es digitalizar la agricultura y toda actividad relacionada con la producción de alimentos. En un contexto de crecimiento poblacional y escasez de recursos naturales, la tecnología resulta crucial para salvar a estas industrias, ya que permite una mayor eficiencia en la utilización de suelos, agua potable y energía limpia, todas variables de extrema importancia para el futuro de la humanidad.
Según un relevamiento llevado a cabo por el Banco Interamericano de Desarrollo, publicado en el informe Agrotech: Innovaciones que no sabías que eran de América Latina y el Caribe, más del 60% de los emprendimientos del sector fueron creados en la última década. Además, más del 70% se concentran en digitalizar algún proceso específico de la actividad agrícola y se destaca que “el medio ambiente marcará la hoja de ruta de la innovación en AgroTech, a través de su influencia sobre la producción, el consumo y las políticas públicas”.
Estos datos marcan dos cuestiones importantes para el agrotech. La primera es que el sector es joven en comparación a la industria agropecuaria tradicional y, por lo tanto, tiene aún mucho potencial para demostrar. La segunda se relaciona con su meta directa: mitigar el impacto ambiental de los procesos de producción de alimentos. Al lograrlo, se podrá continuar con los negocios agrícolas y ganaderos, pero con un enfoque sustentable que no solo ayude a cuidar a los ecosistemas, sino que además otorgue a los consumidores mejores productos y más económicos.
Tecnología agropecuaria
Al hablar de tecnología agropecuaria se hace referencia a todos los métodos, técnicas y artefactos utilizados dentro del proceso productivo agrícola y ganadero. Esto incluye desde operaciones en laboratorios para mejorar semillas hasta las grandes máquinas desarrolladas para cosechar, ordeñar animales, recoger huevos y cualquier otra necesidad relacionada con la generación de alimentos.
Desarrollar este tipo de innovaciones para el campo resulta crucial porque otorga herramientas a los productores y distribuidores que facilitan y mejoran sus procedimientos productivos. En el caso de la Argentina, esto ha sido impulsado incluso desde el Estado con la creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
“Desde el INTA, trabajamos en la Investigación, la Extensión y la puesta en valor de los desarrollos tecnológicos que nacen en el seno de los grupos de investigación, en los proyectos territoriales y de (i+D), en los laboratorios, en las Unidades, Centros Regionales y de Investigación”, destacan los directivos de la entidad, que actualmente cuenta con desarrollos tecnológicos para el almacenamiento y transporte de alimentos, salud animal, bioinsumos y maquinaria de impacto territorial, entre otros.
Cada vez es más común que países de todas las regiones creen espacios como este con el objetivo de destinar recursos estatales a la innovación tecnológica agropecuaria. De esta forma se pueden obtener desde software hasta maquinaria que beneficia a los productores y al propia nación, ya que esa propiedad intelectual puede ser comercializada tanto dentro como fuera del territorio local.
Innovaciones agropecuarias
A pesar de su reciente surgimiento, el sector agrotech ha desarrollado múltiples innovaciones agropecuarias durante los últimos años. Las más destacadas se relacionan con el mapeo y correcta utilización de los suelos, maquinaria para hacer más eficiente la siembra, cultivo y cosecha de plantas, la utilización de drones para regar y fumigar los campos sin generar mayor contaminación y la creación de centros de datos que permitan trazar planes productivos para los próximos años.
“Creo que la tecnología puede ayudarnos a simplificar la cadena de producción y a acercar al agricultor mucho más al consumidor”, destaca Roberto Ridolfi, Subdirector General del Departamento de Programas, Soporte y Cooperación Técnica de la FAO. Y suma: “En la agricultura de precisión, la huella puede ser en gran parte eliminada, tratando los cultivos con los inputs precisos, el agua necesaria, los fertilizantes adecuados”.
Para lograr el concepto de agricultura de precisión que subraya Ridolfi se requieren múltiples innovaciones que parten de los procesos más simples y se extienden hasta los más complejos. Un ejemplo es la tecnología desarrollada para optimizar la genética de semillas. De esta manera, se pueden obtener plantas que requieran menos recursos para crecer y al mismo tiempo generen más alimentos.
Por otro lado, la obtención de información que permita actuar en tiempo real es clave., “La utilización de software y artefactos que obtengan datos sobre requerimientos de nutrientes para los animales, así como para los cultivos, fertilizar con dosis ajustadas a los análisis del suelo, cosechar según el rendimiento, así como controlar malezas, es vital para más productividad, economía y eficiencia en los campos”, afirman en el INTA.
Como está ocurriendo en todas las industrias productivas, la inteligencia artificial también tiene aportes para realizar al sector agropecuario. El monitoreo de los campos, estimaciones de producción, predicciones climáticas y detección y mitigación de plagas son todas acciones que la IA puede realizar a partir de la información proporcionada. Todos estos datos permiten llevar a cabo planificaciones certeras que aumenten las probabilidades de éxito productivo y reduzcan las fallas y utilización de recursos naturales.
A qué problemas se enfrenta la agricultura en la Argentina
La agricultura en la Argentina se enfrenta a varias problemáticas relacionadas con el impacto ambiental y la sustentabilidad. Esto ocurre en toda América Latina y por ese motivo el sector agrotech gana relevancia. Sobre todo porque si no se mejora la utilización de los suelos y recursos naturales de forma veloz, la industria podría sufrir graves pérdidas económicas y sociales.
En América Latina y el Caribe, la gran cantidad de territorio, los recursos naturales disponibles y las variables climáticas son escenarios favorables para la producción agrícola. Tanto que según datos de la FAO cerca del 40% de los suelos de la región son destinados para esta industria. Sin embargo, la crisis climática provoca impactos negativos y mucho de ese porcentaje podría perderse rápidamente.
“La FAO estima que el cambio climático representará en los próximos años uno de los mayores desafíos a la producción agrícola. En su documento El estado mundial de la agricultura y la alimentación se estima que la mayor sequedad de los suelos y el estrés térmico reducirán la productividad en las regiones tropicales y subtropicales, se incrementará la salinización y desertificación en las zonas áridas, y la agricultura de secano enfrentará mayores pérdidas de cultivos en las zonas semiáridas”, aseguran en el Banco Interamericano de Desarrollo.
Otra problemática es el aumento de temperaturas que se registra en la región. Según las estimaciones, si en la Argentina suben las temperaturas promedio entre 2 y 3 grados, la reducción en los ingresos agrícolas podría descender entre un 20% y 50% anual. Esto también aumenta la vulnerabilidad ante las inundaciones porque los suelos quedan erosionados. De hecho, las pérdidas de productos alimenticios de los últimos años en la región se debieron a las sequías en un 29% y a las inundaciones en un 60%.
Para finalizar, desde el Banco Interamericano de Desarrollo revelan que “el último gran reto que enfrenta la oferta agrícola es la falta de una infraestructura que permita una mejor logística para el transporte, almacenamiento y prolongación de productos perecederos”. “De acuerdo a la FAO, cada año a nivel mundial se pierden 1.3 mil millones de toneladas de alimentos por ineficiencias y limitaciones en la cadena de valor. Esto representa una tercera parte de todos los alimentos producidos en el mundo. Las pérdidas en América Latina y el Caribe representan un volumen que podría alimentar anualmente a 300 millones de personas”, describen los expertos.
Financiación, oportunidades y desafíos del agrotech
Para que el agrotech c,ontinúe su expansión y genere aún más oportunidades en la Argentina en particular y en América Latina en general, es necesaria una financiación especial para el sector, sobre todo en sus etapas iniciales. Esto puede provenir de agencias públicas y estatales, como el caso del INTA en la Argentina, o de inversores ángeles o fondos de capital de riesgo, como es el caso de NXTP Labs, que ha apoyado a varios emprendimientos agrotech argentinos en diferentes rondas de financiamiento.
En esa línea, desde el Banco Interamericano de Desarrollo destacan que en los últimos años estos fondos han incrementado su actividad en el sector de AgroTech de la región, al ritmo del crecimiento en el número de emprendimientos. “Más recientemente, varias grandes empresas multinacionales de insumos agrícolas y tecnologías relacionadas han comenzado a participar del sector a través de sus propias unidades de capital de riesgo”, agregan al respecto.
Esta tendencia no ocurre solo por la oportunidad de ayudar a cambiar la matriz productiva de alimentos, sino también por una cuestión de negocios. Según una encuesta realizada a 63 empresas del sector por la Revista Pymes, Innovación y Desarrollo en Argentina, el 94% de ellas presta servicios agrotech y el 86% ha generado ventas. “Las compañías, en promedio, tienen 7 años de vida y más del 50% fueron creadas desde 2015; emplean en promedio 10 personas (incluido el equipo fundador) y más del 80% de los equipos están constituidos por universitarios y el 41% ha tenido clientes externos en los últimos años”, señalan sus realizadores.
Por lo tanto, las oportunidades de obtener ganancias al financiar e invertir en las startups agrotech son elevadas. Además, generan puestos de trabajo de calidad para profesionales locales y la posibilidad de exportar sus servicios o productos al exterior.
De todas formas, la situación económica de la región presenta grandes desafíos para las agrotech en materia de financiamiento. Desde la CEPAL (Comisión Económica Para América Latina y El Caribe) comentan que el análisis de la dinámica de los flujos financieros hacia la región muestra que los flujos de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) han disminuido claramente en relación con otras regiones en desarrollo y con el ingreso nacional bruto (INB) promedio. “En la actualidad, los flujos de AOD representan el 0,25 % del INB de la región, lo que es inferior al 0,4% que se había registrado en décadas anteriores”, indican al respecto.
En consecuencia, si bien hay interés por financiar proyectos agrotech, la cantidad de dinero disponible para hacerlo es limitada. En ese contexto, las compañías del sector deben trabajar con los recursos económicos disponibles para seguir desarrollando innovación que, por un lado, permita seguir llevando eficiencia a la industria agrícola y, por el otro, demuestre los beneficios que ofrecen estos avances y así generar mayor interés entre los principales actores financieros internacionales.
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